El Gobierno ha desestimado todas las advertencias y ha optado por enviar a Bruselas una actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). El ejecutivo sigue firme en que para 2030 habrá 5,5 millones de coches eléctricos, a pesar de que los fabricantes han calificado este objetivo de “irreal”. Aseguran que es inviable debido a la incapacidad del mercado para alcanzar ese volumen de ventas y al notable atraso en la instalación de puntos de recarga en España, muy por debajo del promedio europeo.
Esta decisión fue ratificada por el Consejo de Ministros esta misma semana, aunque España apenas alcanza una participación de mercado del 4,5% en vehículos eléctricos. Esta cifra supone menos de una cuarta parte de la media en la Unión Europea, donde los eléctricos puros representan el 20% de las matriculaciones.
Para que el Gobierno cumpla sus metas, la infraestructura de recarga de coches eléctricos en España debería triplicarse en los próximos cinco años, algo que, bajo las circunstancias actuales, resulta poco factible. Además, este crecimiento debe darse con cargadores de al menos 50 kW de potencia, ya que la mayoría de los actuales son de sólo 22 kW, lo que prolonga significativamente los tiempos de carga. Ello afecta tanto a particulares como a empresas con flotas eléctricas.
Datos de ANFAC sobre coches eléctricos en España
De acuerdo con los últimos datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), en España circulan alrededor de 220.000 vehículos eléctricos. Aunque este número ha experimentado un aumento significativo en términos porcentuales, sigue siendo una fracción mínima del parque automovilístico total, representando apenas el 1%. En cuanto a las nuevas matriculaciones, los coches eléctricos alcanzan aproximadamente un 5% del mercado, a pesar de la existencia del Plan MOVES, que ofrece incentivos económicos para su adquisición.
Sin embargo, dos grandes obstáculos frenan la expansión de esta tecnología. Primero, el deficiente funcionamiento del sistema de ayudas, que tarda cerca de un año y medio en desembolsar los fondos solicitados. Además, se considera ingreso a efectos fiscales, lo que resta atractivo al programa. Segundo, la escasa red de puntos de recarga, lo que desanima a los potenciales compradores que encuentran difícil planificar viajes largos con estos vehículos.
Como resultado, muchos consumidores optan por alternativas como los coches híbridos. Aunque la movilidad eléctrica sigue avanzando en España, la carencia de una infraestructura de recarga adecuada continúa siendo uno de los mayores impedimentos para la adopción masiva de coches eléctricos.
Los puntos de carga para el coche eléctrico
En España, los más de 30.000 puntos de recarga deberán multiplicarse hasta alcanzar los 100.000 para 2030, con el fin de satisfacer la creciente demanda de movilidad eléctrica. El desfase entre la cantidad de vehículos eléctricos y los puntos de carga disponibles representa todo un desafío para la expansión de este sector, especialmente en el ámbito empresarial.
La estrategia de recarga de Madrid: menos cargadores, pero más rápidos
Las empresas que buscan electrificar sus flotas deben afrontar una doble dificultad: la necesidad de garantizar un acceso adecuado a puntos de recarga y gestionar su uso de manera eficiente para minimizar tiempos muertos. Además, es imprescindible agilizar los procesos burocráticos, ya que se estima que el 20% de los cargadores instalados actualmente no están operativos debido a la falta de permisos o conexiones a la red eléctrica.
Este avance ayudaría a alcanzar los objetivos de sostenibilidad, uno de los principales impulsos para la electrificación de las flotas corporativas. De hecho, según el informe Advanced Fleet, el 75% de las empresas tiene como prioridad reducir las emisiones de carbono de sus vehículos. Esto adquiere especial relevancia en ciudades como Madrid y Barcelona, donde las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) ya están imponiendo limitaciones a los vehículos no eléctricos.
La escasez de coches eléctricos en zonas rurales
Los expertos del sector señalan que uno de los grandes problemas que impiden el avance del coche eléctrico es su excesiva concentración en áreas urbanas, dejando sin cobertura adecuada a las zonas rurales y áreas industriales. A esto se suma que la mayoría de los puntos de recarga instalados son de carga lenta, lo que prolonga los tiempos de espera para las flotas eléctricas, afectando gravemente a las empresas que dependen de una operativa ágil.
Aunque los fabricantes destacan que sus vehículos pueden recuperar entre el 10% y el 80% de su batería en 30 minutos, estas cifras sólo son alcanzables con cargadores rápidos de 150 kW. Sin embargo, en España, sólo uno de cada cinco puntos de recarga instalados tiene esta capacidad.
Por lo tanto, para alcanzar la meta de que el 30% de los vehículos en circulación sean eléctricos para 2030, no basta con incentivos económicos. Es necesaria una inversión significativa en infraestructuras y un mayor esfuerzo de colaboración entre el sector público y privado para crear una red de recarga que satisfaga las necesidades del mercado.
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Soy una periodista madrileña con más de 25 años de experiencia. Cursé los estudios de periodismo en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU. A lo largo de mi trayectoria profesional he trabajado en medios como Motor 16, Km77, Car & Driver o Quad & Jet, y he colaborado con departamentos de prensa como el de BMW.