- El Fiat Topolino es un cuadriciclo eléctrico que, por prestaciones, se puede conducir con licencia AM una vez cumplidos los 15 años. Entra, por tanto, en la lista de los llamados coches eléctricos sin carnet
- Este microcoche eléctrico es perfecto para un uso urbano, pero ojo, no se puede conducir por vías rápidas (autovías, ni autopistas)
- Tiene 75 km de autonomía eléctrica y cuesta menos de 10.000 euros
Entro en el habitáculo y lo primero que me llama la atención (en unas líneas desvelo todas las sorpresas que alberga el Topolino) es que no hay tiradores para volver a abrir la puerta. Momento pánico: ¿cómo salgo de aquí?
Los paneles laterales del Topolino no tienen ni manillas para subir la ventanillas, ni tiradores tradicionales para abrir las puertas. En su lugar, las ventanillas recurren a corte horizontal que permite levantar la parte inferior soltando un sencillo tirador. Mientras que para abrir y cerrar las puertas hay que tirar fuerte de las correas: la de la puerta es para cerrar, la que está bajo el volante, a la izquierda, es la de abrir.
Los asientos no son lo que se dice cómodos, demasiado duros, lo que unido a la (también dura) suspensión hace que pasar cada bache sea bastante incómodo. Claro que no es demasiado problema si se tiene en cuenta que no es este un vehículo pensado para pasar muchas horas al volante.
Fiat Topolino, pequeña caja de sorpresas
Se mire por donde se mire el Topolino es una pequeña caja de sorpresas. Paso a enumerar las más llamativas:
- Su diseño es simétrico, es decir, a simple vista y cuando está aparcado cuesta distinguir si lo que ves es el frontal o la zaga (esto pasa también con el Citroën Ami, uno de sus máximos rivales)
- Las puertas se abren en direcciones opuestas y en la parte interior cuentan con dos redes de buen tamaño para cuadrar objetos (no hay guantera)
- El asiento del acompañante es fijo y está colocado lo más atrás posible para dejar espacio a las piernas y algunos objetos. El conductor sí se puede regular
- No hay retrovisor interior y para colocar los exteriores hay que sacar la mano por las ventanillas
- En el interior, varias sorpresas: la primera es lo amplio que resulta para lo pequeño que se ve por fuera; la segunda, la ausencia de equipo de audio (hay que recurrir al smartphone) y la variedad de soluciones prácticas, como el gancho para colgar el bolso o el espacio ante las piernas del copiloto para dejar una maleta
Al volante del Fiat Topolino
El Topolino es un cuadriciclo eléctrico de 2,4 metros de largo y 1,39 metros de ancho. tiene un motor de 8 CV y emplea una batería de LFP (litio-ferrofosfato) de 5,4 kWh con la que puede recorrer hasta 75 km antes de parar a recargar. Estas es la autonomía oficial, la real, tras una semana de conducción no es muy alejada: en nuestras mediciones hemos llegado a los 69 km antes de enchufar.
Para recargar la batería solo necesita una toma de enchufe convencional (las de casa) y un tiempo de espera de cuatro horas. Como opción, Fiat ofrece un adaptador que permite conectar el Topolino a un punto de recarga pública (el tiempo de espera es el mismo).
Conducir un Topolino es realmente fácil. Como todos lo Fiat eléctricos tiene una barra de botones parta seleccionar la marcha (D, R y P). La velocidad máxima que alcanza es de 45 km/h. No le cuesta mucho llegar a este tope pero una vez alcanzado la rumorosidad en el habitáculo es elevada.
Su contenido peso (no llega a los 600 kilos) le convierten en un vehículo ágil, incluso cuando se trata de entrar en una rotonda atestada de coches que te hacen sentir pequeña. Mejor aún es el sistema de frenos, con discos delante y de tambor detrás.
No te olvides el smartphone
El Topolino no tiene ni sistema de audio, ni de navegación. No es un pega, cuenta con un soporte para el teléfono móvil que cumple ambas funciones.
No ha sido, sin embargo, Spotify la aplicación que más he utilizado durante la prueba del Fiat Topolino, sino Google Maps. Los cuadridiciclos como este eléctrico italiano tienen prohibida la circulación por autopistas y autovías. Si vives en el centro no hay problema pero si, como yo, eres de la periferia resulta fundamental marcar previamente la ruta para asegurar que existe una alternativa adecuada para llegar a tu destino.
¿Me lo compraría?
Para disfrutar plenamente del Fiat Topolino hay que olvidarse de todo lo conocido y dejarse llevar. Como ya he dicho no es un vehículo que destaque por su comodidad (no tiene aire acondicionado, ni dirección asistida). Tampoco es tan fácil de aparcar como se piensa: sí, entra en casi cualquier sitio, pero la visibilidad por los espejos retrovisores (demasiado pequeños) es bastante limitada y tampoco ayuda la fuerza que hay que hacer para girar el volante.
Entendido como solución de movilidad urbana es una muy buena opción. Y no solo para padres de hijos menores que busquen una alternativa que les aporte más tranquilidad que un ciclomotor, también para los que ya hemos cumplido (hace tiempo, incluso) la mayoría de edad y buscamos un vehículo sin más pretensiones que llegar de un punto A a un B sin gastar mucho (el Topolino cuesta menos de 10.000 euros) y sin contaminar nada.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe