- Durante una semana mi compañero de viaje ha sido el Opel Grandland Electric, la versión eléctrica del SUV alemán
- Pros del Opel Grandland Electric: habitabilidad y confort de marcha
- Contras del Opel Grandland Electric: consumo
El Opel Grandland está electrificado desde su segunda generación, con la que estrena versión eléctrica e híbrida enchufable, además de plataforma (que comparte con el Peugeot 5008 y le aporta unos centímetros extra) y diseño.
El todocamino llegó al mercado en 2017 como Opel Grandland X; cuatro años después recibió una serie de mejoras con las que perdió la ‘X’ y se quedó solo con el nombre propio. La que está ahora a la venta es la segunda generación; también el primer Opel construido sobre la plataforma STLA Medium del Grupo Stellantis que comparte con modelos como el Peugeot 3008.
Esta plataforma es una base creada desde cero para producir vehículos eléctricos, pero gracias a su modularidad puede ofrecer otras alternativas electrificadas con lo que el Grandland se ha puesto a la venta también con versiones de combustión (microhíbrida) e híbrida enchufable. La eléctrica es la más potente de todas.
Opel Grandland Electric
El Grandland es un SUV de tamaño medio comparable en dimensiones y prestaciones con el Skoda Enyaq y el (en versión híbrida enchufable tiene entre sus grandes rivales al VW Tiguan y el Toyota RAV4). Como ya hemos dicho es más grande que su antecesor: crece 17,3 cm a lo largo, 4,9 cm a lo ancho y 3,5 cm a lo alto. Ahora mide 4,65 metros de largo, 190 metros de ancho y su batalla es de 2,80 metros.
Perfecto para viajar, los pasajeros pueden repartir sus pertenencias por los espacios repartidos por el habitáculo que suman 35 litros en huecos portaobjetos (incluyendo el pixel box para recargar el teléfono móvil). El maletero tiene 550 litros de capacidad, ampliables de 1.614 litros si se abaten los asientos.
De su diseño hay que destacar la reinterpretación del Opel Vizor (que es como en la marca alemana denominan a la parte delantera, que comprende la parrilla -cerrada en el eléctrico-, los grupos ópticos y los paragolpes), ahora con metacrilato y acabado 3D. También es seña de identidad del todocamino eléctrico de Opel la banda trasera de LED que une los pilotos y en la que aparece el nombre de la marca en lugar del legendario blitz (el rayo).
Sin salir de la iluminación hay que hacer un inciso para hablar de los faros Intelli-Lux HD Light, con más de 50.000 elementos para obtener una distribución de la luz de alta resolución. Entre otras funciones, esta tecnología está preparada para atenuar los LED cuando aparecen señales en la calzada que puedan deslumbrar al conductor.
En el interior, los ojos recorren el salpicadero que se prolonga hasta las puertas casi en línea recta. Tiene doble pantalla: la de instrumentación es de 12,3 pulgadas, mientras que la de acceso al sistema multimedia es de 16 pulgadas. En el habitáculo, Opel ha buscado la máxima sostenibilidad recurriendo a materiales reciclables, esto sin renunciar a la seguridad y comodidad que aportan los asientos delanteros con certificación AGR (exclusivos de la marca).
También es de nueva factura el volante que deja entrever el cuadro digital y que es más grande de lo que es habitual en los modelos del grupo Stellantis. Como detalle curioso: la moldura oscurecida del túnel central que es semiopaca y deja ver el teléfono móvil.
Autonomía poco real
El Opel Grandland 2025 está a la venta en cuatro versiones, todas electrificadas. El Grandland híbrido enchufable tiene 195 CV y 87 km de autonomía eléctrica. Las opciones cien por cien eléctricas son dos, ambas con un único motor de 213 CV y 345 Nm de par máximo. Lo que varía es la batería a elegir entre 73 y 82 kWh útiles y, con ello, la autonomía que según datos oficiales es de 523 y 582 km respectivamente.
No son reales porque uno de los datos que menos nos ha convencido de este SUV eléctrico es su consumo. En nuestra prueba el gasto energético no ha bajado de 18,2 kWh (el dato oficial es de 17 kWh) y eso cuidando la conducción y jugando con la recuperación de energía que se regula desde la levas del volante; si nos despistamos, pasa de 20 kWh con tranquilidad. Con esto, los kilómetros recorridos antes de parar a recargar han quedado lejos de los prometidos por el fabricante.
Tres modos de conducción
El Opel Grandland eléctrico cuenta con tres modos de conducción que además de la repuesta de la dirección y los pedales modifican la climatización y la potencia: con Eco la máxima se reduce a 160 CV; en modo normal se suman 20 CV hasta los 180 CV; y es en el modo Sport cuando el conjunto da todo lo que tiene.
En cuanto a acabados la gama Grandland cuenta con dos opciones, Edition y GS, pero la versión eléctrica solo es compatible con el acabado más alto (GS). El precio del Opel Grandland eléctrico parte de 44.890 euros.
Opel Grandland: práctico, funcional y dinámico
Acoplados al volante y cómodamente sentado en el asiento con certificación AGR, los kilómetros con el Opel Grandland eléctrico pasan volando. Lso pasajeros de cualquiera de sus asientos viajan cómodos pues tienen espacio de sobra tanto para las piernas como para sus objetos personales.
Contribuye a ese dinamismo y confort en la marcha la tecnología de amortiguación selectiva de frecuencia que adapta la amortiguación a las condiciones de la carretera y el estilo de conducción. También la insonorización que es de lo mejorcito del segmento.
Conclusión
Tras una semana conviviendo con la versión eléctrica del Opel Grandland la principal conclusión es que no es una mala opción de compra para quienes buscan un coche espacioso. Hay que asumir que la autonomía teórica difícilmente se hará realidad, pero como contrapartida tiene unos tiempos de carga más que aceptables (a 22 kW de potencia en corriente alterna y hasta 150 kW en corriente continua).
El precio es otro de sus puntos a favor. Con ayudas se puede conseguir por menos de 38.000 euros. Teniendo en cuenta el consumo y la autonomía real es muy recomendable pagar los 1.000 euros más que cuesta con la batería de 82 kWh. También su dotación tecnológica, con la nueva generación de faros matriciales, conducción autónoma de nivel 2…
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe