Son varias las alternativas que escuchamos que pueden sustituir a la propulsión convencional de los vehículos con combustibles fósiles. La última en sumarse a la lista es el motor de nitrógeno, que podrían ofrecer una potencia muy superior a los motores tradicionales.
Pese a todas las opciones que se presentan, actualmente, las dos alternativas más viables para la descarbonización de la movilidad son los vehículos eléctricos y los propulsados por hidrógeno. ¿Qué ventajas podría presentar el nitrógeno frente a estas dos formas de propulsión?
Siete preguntas clave sobre el hidrógeno y los coches de pila de combustible
Beneficios de los motores de nitrógeno
En primer lugar, la producción de nitrógeno es muy sencilla, ya que solo es necesario enfriar el aire hasta casi 200 grados bajo cero. De este modo, el oxígeno se separa de los demás gases, obteniendo nitrógeno. El siguiente paso sería almacenarlo en un depósito.
El nitrógeno líquido como combustible para vehículos ha sido explorado en algunos proyectos como CoolN2Car, de la Universidad del Norte de Texas, y Cryocar, de la Universidad de Washington. Ambas iniciativas concluyeron, en resumen, que el nitrógeno líquido hace posible una mayor acumulación de energía en menor espacio y con menor peso, aumentando la autonomía de los vehículos.
Otra de las ventajas es que no sería necesario sustituir las baterías cada pocos años. La vida útil de los componentes del motor del vehículo también sería más larga.
No obstante, el rendimiento demostrado es inferior al de los motores de combustión convencionales.
No es oro todo lo que reluce
Pese a las grandes ventajas que, a priori, presenta la tecnología del nitrógeno, se enfrenta a grandes desafíos. En primer lugar, se encuentra con la dificultad de diseñar y desarrollar nuevas infraestructuras capaces de suministrar nitrógeno al mismo ritmo que las estaciones de repostaje de combustible convencionales. Por supuesto, habría que comenzar a desarrollar vehículos con motores de nitrógeno incorporados.
Otro reto radica en la seguridad de estas instalaciones, ya que existiría riesgo de sufrir quemaduras por frío, al estar almacenado el combustible a temperaturas de 200ºC bajo cero. También se contempla la posibilidad de que una fuga de nitrógeno en un espacio cerrado podría desplazar el hidrógeno y dificultar la respiración de las personas.
Pese a que existen compañías que trabajan en el desarrollo de este gas como combustible, como es el caso de Ecowavemotors, el nitrógeno parte en clara desventaja actualmente frente a la movilidad eléctrica y a la propulsión con hidrógeno.
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