baterías

Los planes de los fabricantes automovilísticos para electrificar sus vehículos se están encontrando con una gran barrera: la disponibilidad de los minerales necesarios para la fabricación de las baterías. 

Con miles de millones de dólares que se destinarán a la electrificación de la movilidad, se necesitarán grandes cantidades de litio, cobalto y níquel, entre otros, para satisfacer las ambiciones de la industria automotriz.

En este contexto, el gran desafío radica en que la cadena de suministro actual de minerales está dominada por China.

La necesidad urgente de acceder a estos minerales hace que tanto las industrias como los gobiernos reconsideren todo su enfoque de las cadenas de suministro.

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Hegemonía china de los minerales para la fabricación de baterías

Actualmente, China controla cerca del 75% del mercado de los minerales imprescindibles para la producción de baterías.

Aunque los yacimientos más ricos en estos materiales se encuentran en países como República Democrática del Congo, Australia y Chile, el gran éxito de China en este ámbito reside en su planificación, con el objetivo de dominar el procesamiento de estos minerales para ser el actor más relevante en la industria global. Como resultado de las grandes inversiones, el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo se creó eclipsando a Occidente.

Además, el mundo occidental también comienza a sentir presión como consecuencia de la invasión de Ucrania. El hecho es que Rusia, aunque no se compara con China en la cadena de suministro de minerales, es el tercer mayor productor global de níquel a nivel mundial, lo que ha hecho que los precios de este mineral se hayan disparado desde que comenzara la invasión.

Estados Unidos no quiere depender de China

Con gran preocupación por el futuro acceso a los minerales necesarios para fabricar baterías, el Gobierno de Estados Unidos está tratando de construir su propia cadena de suministros nacional para reducir la dependencia de China.

Para ello, el Congreso estadounidense ha destinado 3.000 millones de dólares para apoyar la minería y el procesamiento de minerales de baterías con sede en Estados Unidos. Sin embargo, muchos estados del país son reacios actualmente a abrir nuevas minas o refinerías en sus territorios, un problema que traerá cola para los planes estatales.

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