Las sanciones económicas impuestas por Occidente a Rusia tendrán un impacto negativo en la descarbonización de las economías occidentales. Uno de los materiales clave para los vehículos eléctricos, el níquel, podría encarecerse más aún como consecuencia de las sanciones económicas a Rusia.
Según analistas de GlobalData, el encarecimiento de los vehículos eléctricos como consecuencia de las sanciones provocará que Occidente dependa del petróleo y el gas rusos durante más tiempo.
Rusia, el tercer mayor productor de níquel
Según datos de GlobalData, Rusia fue el tercer mayor productor de níquel a nivel mundial en 2021, con una capacidad de producción de 200.000 toneladas. Este elemento químico, clave en la producción de baterías de vehículos eléctricos, se está encareciendo cada vez más y ahora se teme que se produzca una escasez de suministro derivada de las sanciones impuestas a Rusia.
Daniel Clarke, analista de GlobalData, afirma:
“Los problemas geopolíticos, como la situación entre Rusia y Ucrania, perturban el fino equilibrio de las cadenas de suministro de metales para baterías. Un precio disparado del níquel tendría importantes repercusiones en las ambiciones climáticas de los países en todo el mundo y, en última instancia, obstaculizará la adopción de vehículos eléctricos”.
“Vivimos un momento crítico para la adopción de vehículos eléctricos, ya que las economías avanzadas apuntan a acelerar la descarbonización. Sin embargo, los costes adicionales se sentirán en algún lugar, ya sea afectando las ganancias de los fabricantes de automóviles o repercutiéndolos a los clientes”.
China podría verse beneficiada
Clarke continúa:
“Según los informes, Rusia ha estado buscando reducir el impacto de las sanciones recurriendo a Asia para el comercio. Las compañías de vehículos eléctricos y baterías en China bien pueden intervenir y comprar el producto a precios más bajos. China ya tiene una posición fuerte en la cadena de suministro de metales para baterías, y comprar níquel ruso a bajo precio debido a las sanciones fortalecería aún más su posición competitiva a nivel mundial”.
Por su parte, el analista Lil Read aventura:
“Es posible que otra nación productora de níquel como Indonesia o Filipinas pueda intensificar y suministrar a los fabricantes de automóviles occidentales, pero esto llevaría a dos consecuencias negativas para las empresas. En primer lugar, los fabricantes de automóviles occidentales verían un aumento en las emisiones de sus cadenas de suministro, ya que estos dos países productores están geográficamente más lejos y con frecuencia se involucran en prácticas poco amigables con el medio ambiente. Además, esto llevaría a un aumento en la dependencia de China, ya que las empresas chinas desempeñan un papel clave en las principales minas de níquel en estos países”.
Read apunta que otros tipos de baterías pueden tener una oportunidad de aumentar su popularidad debido a la situación geopolítica, aunque la innovación en el mundo de las baterías no se llevará a cabo de la noche a la mañana. En este sentido, cree que las baterías de fosfato de iones de litio, que no contienen níquel ni cobalto, comiencen a ganar aceptación.
Te puede interesar
Javier López es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con más de 7 años de experiencia en el ámbito de los coches eléctricos. Con gran interés por la movilidad sostenible y la tecnología, se especializa en el ánalisis de tendencias y novedades en el sector, particulamente en los desarrollos procedentes de China, un mercado clave para el futuro de la automoción.