Hace unos días, el secretario general de Industria y PYME, Raúl Blanco, hacía alusión a la posibilidad de que España albergue, en poco tiempo, una fábrica de baterías para vehículos eléctricos. “El proceso va avanzando pero hay que ser prudentes y trabajar con discreción”, afirmaba.
“Sin duda en los meses que llevamos trabajando están madurando los proyectos y esperemos que pronto se puedan dar noticias”, aseguraba Blanco. No hacía alusión directa a ningún proyecto, pero sin duda sus palabras se referían a alternativas en estudio como convertir la planta de Nissan de Barcelona en una fábrica de baterías o el interés de una multinacional francesa por el nuevo polígono industrial que se está construyendo en Cantabria.
Por una fábrica de baterías en Valencia
Quizá, en ese momento Blanco ya sabía de la intención del gobierno regional de Valencia de apoyar la puesta en funcionamiento de una fábrica de baterías en la planta de Ford en Almussafes, Valencia.
El pleno del Gobierno valenciano ha aprobado un convenio de colaboración entre la Generalitat Valenciana y la empresa Ford España destinado a la implantación de una planta de baterías eléctricas. El acuerdo incluye una inversión de 5,2 millones de euros por cuenta del gobierno regional.
El objetivo es apoyar a la transformación de la estructura productiva a través de inversiones sostenibles en el sector de la automoción, según ha explicado la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, quien ha precisado que este importe se añade a la ayuda de 1,5 millones de euros concedida recientemente para el modelo Kuga.
Con la puesta en marcha de este proyecto se pretende avanzar hacia el proceso de electrificación de los vehículos de Ford en la planta valenciana y contribuir así “a la mejora de la competitividad, la eficiencia industrial, sostenibilidad, y la mejora sustancial de la oferta de productos, así como la mejora tecnológica de los procesos existentes, según la Generalitat Valenciana”.
Baterías y patinetes eléctricos
La construcción de una fábrica de baterías no es el único plan eléctrico que la marca del óvalo tiene para España. Según publica la agencia de noticias EFE, la start-up de micromovilidad Spin, propiedad de la compañía automovilística estadounidense, ha puesto su punto de mira en España como siguiente mercado emergente de patinetes eléctricos.
Spin, fundada en 2016 en California (EEUU), ha comenzado a expandirse a principios de año por Europa, en Alemania y Reino Unido. Londres es, tras Milton Keys, la siguiente ciudad inglesa en la que Spin quiere estar presente, “debido a su gran potencial para este sector”.
“España es un gran mercado que ha innovado mucho en micromovilidad, con un terreno y un clima que se adapta muy bien a ello, por lo que estamos muy ilusionados con abrirnos a esta nueva oportunidad”, ha explicado a Efe Steve Pyer, gerente de Spin en el Reino Unido.
Por el momento, la expansión por España no está bien definida: “Tenemos en mente algunas ciudades interesantes como Sevilla, ya que en Madrid ya operan alrededor de 19 empresas del sector“, reconoció el gerente de la compañía.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe