Hoy en día, China es el principal productor y consumidor de vehículos eléctricos (VE). Para alcanzarle, la Unión Europea y Estados Unidos están llevando a cabo grandes esfuerzos económicos, y aun así, no es seguro que consigan su objetivo. Si hay un claro precursor de la bonanza de los vehículos eléctricos en China, es el que se dio y se mantiene desde hace casi 20 años con las motos eléctricas, con su baja cilindrada y una velocidad máxima que no pasa de los 40-50 km/h, que se han convertido en uno de los ejes de la nueva movilidad en China.
Precisamente uno de los aspectos de la movilidad eléctrica en el que China lleva destacando desde hace muchos años es el de las motos eléctricas, y no puede ser casualidad que el mismo país que desde hace ya más de dos décadas apostó fuertemente por este tipo de vehículos se haya convertido ahora en el principal fabricante de baterías para vehículos eléctricos. Está claro que muchas de las experiencias ganadas durante el tiempo de las motos eléctricas han sido bien aplicadas a la hora de adaptarlas a los vehículos mayores. Con cientos de empresas dedicadas a la fabricación de motos eléctricas compitiendo por un mercado grande pero cada vez más exigente, las innovaciones han sido una prioridad, y en unos años se ha visto como estos vehículos, utilizados principalmente para realizar trayectos urbanos relativamente cortos, pasaban de una autonomía de 25-30 km/carga, a 80, 100, 160 y hasta más de 200 km/carga.
Cuando hablamos de los números, son impresionantes. Se calcula que el número total de vehículos eléctricos de dos ruedas está por los 300 millones de unidades, con varios fabricantes, encabezados por Yadea, que venden millones de vehículos cada año. Las motos eléctricas se han hecho muy populares en China, ya que las motos de combustión interna están prohibidas en la mayoría de las ciudades. Además, por su bajo coste, se han convertido en un paso intermedio entre el transporte público y el automóvil privado.
La popularización de las motos eléctricas en China
Los expertos dan varias razones para la popularización de este medio de transporte, como su bajo coste y la posibilidad de conducirlas sin carnet, pero nuestra experiencia señala que aún más importantes son otros tres factores: la facilidad de carga (generalmente en una zona habilitada en el garaje de la casa a un coste de entre 5 y 10€ al mes) de batería (o de intercambio para los vehículos de flota, repartidores, etc.) y la presencia de un carril exclusivo para bicis y motos eléctricas. Y son carriles de verdad, tan anchos (o un poco más) que los de los coches, y con una pequeña valla separándoles de las zonas de la carretera destinadas a los automóviles. Y con numerosos espacios para aparcar, tanto vigilados como no vigilados. Esto ha hecho que muchos ciudadanos mantengan sus motos eléctricas para los desplazamientos por la ciudad dejando el coche para los viajes largos. En definitiva, es un transporte cómodo, seguro, rápido y barato.
A pesar de estas ventajas, algunos ayuntamientos de las grandes ciudades tienen reglamentos estrictos sobre los scooters y motocicletas eléctricas debido a la preocupación por la seguridad vial y la congestión del tráfico. En Beijing y Shanghai existe una norma que les impide circular por algunas de las calles más céntricas. Estos factores han limitado en cierta medida el crecimiento de la industria china de scooters y motocicletas eléctricas.
En occidente en general, y en España en particular, la moto eléctrica ha sido dejada de lado en el paradigma de la nueva movilidad, y ese es un error que hay que corregir. En muchas ciudades del centro y el sur de Europa, las motos y bicis eléctricas pueden ser un elemento clave en la nueva movilidad, e incluso con el desarrollo de elegantes modelos con 3 ruedas, se puede proporcionar una movilidad cómoda y barata a una parte importante de la población.
Hoy en día los precios de las motos eléctricas en China van desde los poco menos de 2000 yuanes (279 euros) de las motos tipo Vespino o Mobilette, comenzando las scooter más sencillas en cerca de 3.000 yuanes (420 euros) y hallándose la mayoría de los modelos entre los 3.000 y 4.500 yuanes (630 euros). Se trata de un gran mercado muy competitivo que está dominado por varios fabricantes locales, que vendieron 43 millones de unidades en 2020. El líder del sector es Yadea, que concentra sus ventas en unidades de gama media (de 2.000 a 3.500 Y) y que en 2021 vendió 6,1 millones de motos eléctricas y un número un poco mayor de e-bikes. Por detrás de Yadea están AIMA Group, Luyuan Electric Vehicle, Jiangsu Xinri E-Vehicle Co Ltd y Niu, todos con ventas millonarias. Estos fabricantes son además los las líderes mundiales en producción y ventas de motos eléctricas.
En Europa, la UE impone aranceles a las bicicletas eléctricas chinas del 45% y a las motocicletas eléctricas del 6% para proteger su ya competitiva industria. Europa cuenta con un pequeño número de fabricantes que se verían perjudicados por la entrada de los fabricantes chinos.
La lección para Europa
No hay duda de que, en la transformación a una movilidad verde, se deben de contemplar los vehículos más apropiados a cada tipo de ambiente. En una ciudad con grandes cuestas la bicicleta siempre será un transporte minoritario. Las motos y bicis eléctricas tienen un gran potencial en el marco de la movilidad eléctrica, tanto privadas como para compartir.
Es una de las actividades con menor coste ambiental en su fabricación, uso y mantenimiento, y se debería de promover incluso por encima de los micro vehículos, que con los 400-500 kg que llegan a pesar, pierden eficiencia al comparase con los menos de 100 kg de las motos (y triciclos) eléctricas.
Una parte de la responsabilidad debe caer en las corporaciones locales, que promoviendo carriles bici o de baja velocidad, deben de proporcionar una movilidad segura a los conductores. Del mismo modo, también es necesaria una mayor flexibilidad por parte de los fabricantes, para incluir en sus catálogos diseños adecuados a los distintos segmentos de consumidores.
Por Pedro Ceinos.
Imagen cedida por DepositPhotos.
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