La capacidad de la batería de un coche eléctrico es uno de los datos clave en el que los compradores van a reparar a la hora de estudiar su adquisición. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta la diferencia entre capacidad total que el fabricante asegura y la capacidad útil de la batería.
Actualmente, la baterías de un coche eléctrico están diseñadas para resistir, al menos, 3.000 ciclos completos de carga, y proporcionan una durabilidad que se extiende aproximadamente a ocho años o entre 150.000 y 160.000 kilómetros de conducción. La batería es el componente más caro de un coche eléctrico y tener que sustituirla supondría un desembolso de varios miles de euros.
Los fabricantes recomiendan, especialmente al tratarse de baterías de iones de litio, no realizar cargas ni descargas completas para un buen funcionamiento y mantenimiento de la batería. Sin embargo, como los fabricantes no pueden controlar el uso que los usuarios hacen de las baterías, se guardan un margen para asegurar que la batería mantenga su vida útil.
Capacidad total y capacidad útil
Es aquí donde encontramos la diferencia entre la capacidad total y la capacidad útil de la batería. Para evitar acelerar la degradación de la batería, los fabricantes se reservan unos pocos kWh/h de la capacidad total de la batería que jamás se podrán cargar ni descargar, por lo que una batería nunca podrá estar ni al 0 ni al 100%. Una vez restado este margen, obtendremos la capacidad útil.
Este margen de seguridad que los fabricantes aplican en las baterías también contribuye a que no aparezcan picos significativos en la curva de carga, algo que puede hacer que la capacidad de la batería se vea resentida.
También es importante saber que no todas las marcas reservan el mismo porcentaje de la capacidad total de la batería para protegerla de la degradación. Actualmente, lo más común es que los fabricantes ofrezcan los datos de capacidad total y capacidad útil para que los clientes tengan la máxima información posible acerca del coche eléctrico.
Cómo alargar la vida útil de la batería
El paso del tiempo no es el único factor que influye en la degradación natural de la batería de un coche eléctrico. Entre las principales causas que pueden acelerar este proceso figuran las cargas inadecuadas, las altas corrientes eléctricas y las altas temperaturas. Por ello, una de las principales recomendaciones de los fabricantes es mantener siempre el rango de la batería entre el 20 y el 80% de su capacidad.
Otro consejo útil es no dejar el vehículo apargado durante largos periodos de tiempo con niveles de la batería cercanos al 0% o al 100%, sino que su capacidad esté en niveles más próximos al 50%.
De igual manera, las cargas rápidas y ultrarrápidas pueden mermar la capacidad de la batería. Se recomienda que estas cargas se lleven a cabo de forma puntual. Por ejemplo, al realizar largos desplazamientos. Por el contrario, es conveniente cargar el coche en puntos de carga con potencias más bajas.
Por último, las condiciones meteorológicas también tienen mucho que ver en la degradación de la batería. La exposición al sol, las temperaturas muy altas, o condiciones de frío extremo pueden acelerar la degradación de la batería.
Imágenes: DepositPhotos.
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