Pequeñito, pero matón... se podría decir de este Abarth 500e que en menos de cuatro metros de longitud esconde 155 CV y la posibilidad de pasar de 0 a 100 km/h en solo 7 segundos
Hay quien dice que los coches eléctricos son un capricho. Este es uno de los pocos casos en los que puedo estar de acuerdo porque es innegable que quien se compre un Abarth 500e lo hará por pegarse un buen capricho.
Y, ojo, esto no es malo ni mucho menos. Que la vida consiste o debería consistir en eso, en tener más de los que nos hace felices…
Reflexiones filosóficas aparte, tras conducir durante una semana la versión cien por cien eléctrica del mítico Abarth 500 nuestra balanza se queda bastante equilibrada porque si apelamos solo a nuestra parte racional hemos encontrado unos cuantos argumentos para comprarlo, pero casi los mismos que no hacerlo (si dejamos que tome la decisión la parte pasional el resultado no es tan ajustado).
Abarth 500e
Apagamos de momento nuestras emociones y nos centramos en los datos objetivos.
El Abarth 500e es mitad urbanita, mitad deportivo. Mide 3,67 metros de largo y 1,68 metros de ancho con lo que se mueve como pez en el agua por calles estrechas y no tiene demasiado problema para encontrar un hueco libre para estaciones en lugares donde otros muchos no pueden.
Luce etiqueta medioambiental Cero Emisiones con lo que tiene pista libre en cualquier ciudad de España
El Abarth 500e está disponible en cinco colores de carrocería, dos de ellos exclusivos: Verde Ácido y Azul Veneno. Nuestra unidad de pruebas lucía el segundo tono, un bonito azul eléctrico que combina a la perfección con la capota de lona de la versión convertible. Atracción asegurada para las miradas.
Entre las virtudes de este pequeño coche eléctrico está, a pesar de que a priori pueda parecer lo contrario, la sencillez. Al menos, en lo que se refiere a la elección y manejo. No hay quebraderos de cabeza con la mecánica, pues solo hay una opción disponible: un motor de 155 CV que se alimenta de una batería de 42 kWh.
El consumo oficial es de 17,2 kWh y la autonomía se fija en 264 km según las pruebas WLTP. En nuestra prueba hemos conseguido un gasto algo inferior (16,3 kWh), mientras que apurando la batería al máximo (quedaban 5 km al conectarlo a una toma de enchufe) hemos conseguido recorrer 200 km.
Conectado a un cargador rápido (acepta un máximo de 85 kW) necesita 35 minutos para recuperar del 20 al 80% de la capacidad de la batería. En casa, la carga completa requiere algo más de 6 horas.
Silencio, por favor
Nos ponemos en marcha y lo primero que nos sorprende es el ruido. Sí, el ruido…
Abarth publicita la función Sound Generator como una de las grandes innovaciones de este modelo. Es cierto que es novedosa y admito que habrá quien lo ponga en el apartado de virtudes de este coche, pero lo siento, no es mi caso.
En realidad esta tecnología no es es otra cosa que un altavoz instalado en la parte trasera y que lanza el ruido de un motor térmico. Pero suena falso, excesivamente alto y siendo el silencio una de las virtudes de la movilidad eléctrica, se agradece (mucho) que se pueda desconectar.
This is how the new Abarth 500e sounds. And this is what the external speaker looks like – it’s massive! (Sorry that this pre-production prototype was unable to ‘rev’ for the camera) #abarth #abarth500e pic.twitter.com/EgAZrrOeFv
— Chris Rees (@quillerrees) January 17, 2023
Dicen en Abarth que han dedicado más de 6.000 horas de trabajo para desarrollar este sonido deportivo, asi que debo pedir disculpas antes de reconocer que he circulado el 90% del tiempo con él apagado y que, en mi modesta opinión, no hubiese estado de más introducir un botón de on y off para hacer más sencilla la gestión del sonido. Apagarlo o activarlo (no se enciende por defecto cada vez que se arranca el coche) requiere pasar por varios submenús del cuadro de instrumentación.
Al volante del Abarth 500e
Más allá del falso sonido, la rumorosidad forma parte de la lista de contras de este coche. Pero dentro de lo esperado ya que es complicado que un coche con capota de lona quede bien asilado a nivel acústico. Decir de esta que cuenta con un sistema de plegado y desplegado por fases que funciona realmente bien (es rápido y fácil de manejar).
Las sensaciones a volante son buenas. La dirección es precisa y la dirección es dura, pero sin llegar a incomodar. Su contenido peso (1.400 kilos) contribuye a esa diversión que se espera de un Abarth, pero sin peligro de que se descontrole (se nota aquí el bajo centro de gravedad).
Tiene tres modos de conducción. Turismo es el más neutro, mientras que Scorpion Street y Scorpion Track elevan la recuperación de energía de frenada de manera contudente y exigen un tiempo de adaptación.
Un capricho bastante asumible
El Abarth 500e tiene un precio de partida de 38.600 euros. Descontada la ayuda máxima del Plan Moves III (-7.000 euros) y la deducción de RPF (-3.000 euros) la factura final puede dejar el precio por debajo de los 30.000 euros. La versión descapotable parte de 41.600 euros (los descuentos, los mismos).
¿Es el Abarth 500e una compra práctica? Posiblemente, no. Pero es un coche bastante asumible que te puedes pegar por poco más de 30.000 euros.
¿En versión cerrada o descapotable? Pues dicen que para gustos, colores, pero dado que la diferencia es de solo 3.000 euros ya puestos a disfrutar…
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe