Tras bajar la velocidad máxima permitida en las carretera secundarias a 90 km/h, la DGT afronta su segundo reto: que las vías, salvo contadas excepciones, estén limitadas a 30 km/h. Quieren que la medida se apruebe antes de las elecciones del 28 de abril.
Cuando volvió al despacho de director general de Tráfico, Pere Navarro tenía un importante reto por delante: detener la escalada de víctimas del tráfico que crecía de forma incesante en los meses anteriores.
Ya lo hizo en su anterior etapa al frente de Tráfico, cuando puso en marcha el Permiso Por Puntos, pero ahora con otras circunstancias Navarro tiene claro que los enemigos a batir son los excesos de velocidad y las distracciones.
Y por este orden porque del paquete de medidas destinadas a luchar contra la siniestralidad vial en 2019 la primera entró en vigor solo unos días después de que comenzara el año: la reducción de la velocidad máxima permitida en carreteras secundarias a 90 km/h.
Límite máximo en ciudad: 30 km/h
La convocatoria de elecciones generales para el próximo 30 de abril hizo pensar que las novedades en materia de Tráfico quedarían suspendidas hasta ver los resultados de las votaciones.
Será así con varias de ellas (como el aumento de los puntos a restar para aquellos conductores que sean sorprendidos utilizando el móvil al volante), pero no para todas. En una entrevista concedida por Pere Navarro a la agencia de noticias EuropaPress, el director general de Tráfico ha asegurado que su intención es aprobar la reducción de la velocidad en vías urbanas por Real Decreto. De ser así, estará en vigor en pocas semanas.
Pere Navarro ha asegurado que su equipo está trabajando en la modificación del Reglamento de Circulación para introducir la reducción de la velocidad genérica en ciudad a 30 km/h. Al parecer, el texto que contempla la reducción de la velocidad máxima en ciudades a 30 km/h está ya en el Ministerio de Interior y tiene que pasar un primer proceso de consulta de otros Ministerios y un segundo con el Consejo de Estado.
“La diferencia es que ahora es de 50 km/h y excepcionalmente 30 km/h y ahora cambiamos a un modelo en que todas las calles del centro serán de 30 km/h y excepcionalmente de 50 km/h”, ha resumido el director general de Tráfico.
Bajar la velocidad por seguridad, no por contaminación
La bajada de la velocidad máxima que quiere poner en marcha la DGT responde a cuestiones de seguridad, no de contaminación. “En seguridad vial, lo que mata es la velocidad, pues agrava las consecuencias de cualquier accidente”, matiza Navarro.
Supone que se aplica por igual a todos los vehículos en circulación, con independencia del tipo de propulsión que utilicen.
En Madrid, cuando se activan las restricciones por contaminación se limita la velocidad a 70 km/h y también es para todo los vehículos. Esto es algo que para muchos expertos es injusto ya que si los coches eléctricos no emiten ni un solo gramo de CO2 no deberían estar obligados a reducir su velocidad.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe