Tras un cese de la actividad industrial de casi tres semanas como consecuencia del COVID-19, los fabricantes de automóviles con plantas en Shanghai estaban listos ayer para reanudar el funcionamiento de sus fábricas.
Según informa Reuters, la mayoría de los trabajadores tendrán que seguir viviendo en los lugares de producción. Ahora, las plantas se enfrentarán a otro problema: la interrupción de las líneas de suministro y los cierres ordenados por las autoridades en otras ciudades. Además, los problemas portuarios y de transporte también constituyen otros motivos de preocupación.
Shanghai, que es la ciudad más poblada de China con 25 millones de habitantes, ha sido el origen de la sacudida que ha afectado a las cadenas de suministro mundiales como consecuencia de los cierres industriales.
La semana pasada, el Gobierno chino publicaba una lista con 666 empresas con prioridad para reabrir sus plantas en Shanghai, entre las que se incluyen Tesla, Volkswagen y SAIC Motor, así como otras empresas médicas y de semiconductores.
Los trabajadores tendrán que vivir en el lugar de producción
Los fabricantes de vehículos han establecido circuitos cerrados para los trabajadores con el objetivo de reducir la propagación del COVID-19. En este sentido, Tesla proporcionará a cada trabajador un colchón y un saco de dormir, según ha informado Bloomberg.
Además, todos los empleados deberán realizarse una prueba de ácido nucleico diariamente durante los primeros tres días, controlar su temperatura dos veces al día y lavarse las manos cuatro veces al día, dos veces por la mañana y dos veces más por la tarde. A los trabajadores se les proporcionarán tres comidas y se les otorgará una asignación de alrededor de 400 yuanes (63 dólares) por día, aunque la cantidad real dependerá de la posición y el nivel del trabajador.
Por su parte, SAIC Motor informó de que comenzaría ayer con algunas pruebas para conocer hasta que punto puede optimizar su producción.
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