El Dacia Spring es el coche eléctrico más barato de cuantos se venden en España. Sin ayudas cuesta 20.000 euros; con ellas, lo puedes conseguir por de 13.000 euros. El precio obliga a renunciar a algunos caprichos, pero tras varios días de convivencia te das cuenta de que no los necesitas
Se puede decir que probar el Dacia Spring nos ha hecho poner los pies en el suelo. Es un coche pensado para la ciudad: mide 3,73 metros de largo y 1,58 metros de ancho con lo que se aparca casi en cualquier sitio y a pesar de su contenido tamaño no va mal de maletero (270 litros).
Cuando llegó al mercado, en 2021, el Spring se podía comprar, con ayudas, por menos de 10.000 euros. La versión actual es algo más cara y con el descuento del Plan Moves III (prorrogado hasta julio de 2024) sale por casi 14.000 euros.
No hay ningún modelo que le haga sombra en el apartado precio. Es verdad que el MG4 (que ahora tiene descuento de 12.000 euros) y el BYD Dolphin le están quitando y le van a quitar ventas por su buena relación calidad-precio, pero siguen siendo más caros.
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¿De verdad necesitas todo esto?
Reconozco que al comienzo de la prueba mi actitud no era la más indicada. Recogí el Dacia eléctrico convencida de que le iba a sacar pegas: acababa de cerrar la prueba del Renault Megane E-Tech y justo antes la prueba del BYD Atto 3 y aunque se trata de coches eléctricos que no son comparables, sabía que en mi cabeza las comparaciones iban a ser inevitables. Pero el pequeño Dacia me dio un golpe de realidad en muy pocos kilómetros…
Lo primero que hice fue un repaso a lo que no tiene el Dacia o a lo que tiene pero ha dejado de estar en otros coches eléctricos: arranque con llave, freno de mano de palanca de toda la vida, llantas de acero de 14 pulgadas…
Dacia Spring, lo que necesitas y un poco más…
Es lo justo
, pensé, si tuviera estos aderezos no podría costar lo que cuesta. Pero lo mejor es que tiene más de que lo esperaba por su factura y, encima, funciona muy bien. Me refiero a la cámara trasera, la pantalla táctil compatible con Apple CarPlay y Android Auto, el sensor de aparcamiento trasero…
Nuestra unidad de pruebas es la versión Extreme, que por un precio de partida de 21.640 euros (14.640 con el descuento de Moves III o 11.640 euros si le restas también la deducción del IRPF) cuenta también con navegador, sensor de luces, ordenador de a bordo, ayuda al arranque en pendiente, elevalunas eléctricos delante y detrás, frenada de emergencia, retrovisores con ajuste eléctrico, modo de conducción ECO, aire acondicionado y baqueta trasera abatible. ¡Y hasta control por voz!
Alguna pega. Se echa en falta la posibilidad de regular el volante en altura y profundidad y lo mismo sucede con las opciones de los asientos delanteros en los que cuesta adoptar la postura adecuada.
Al volante del Dacia Spring Extreme
Nuestro Dacia Spring Extreme es la versión más potente de la gama actual. Está equipado con un motor eléctrico de 65 CV que se alimenta de una batería de 27,4 kWh con la que homologa 220 km de autonomía.
Sobre el papel, 65 CV pueden parecer pocos pero en marcha (insisto con esto y en trayectos urbanos) resultan más que suficientes sobre todo teniendo en cuenta el peso del conjunto (1.045 kilos). El resultado es un coche que responde rápido y ágil cuando se trata de salir de un semáforo o entrar en una rotonda (para sorpresa de muchos conductores del entorno). Y que se mueve a las mila maravillas por calles estrechas y reviradas: mención especial al radio de giro y la suavidad y precisión de la dirección.
En carretera tampoco va mal. Le cuesta alcanzar la velocidad máxima legal (la máxima homologada es de 130 km/h) y una vez llegados a los 120 km/h en autopista la rumorosidad es elevada. Pero es suficiente para afrontar trayectos (mejor cortos) por autovía y carreteras secundarias.
Conclusión
El Dacia Spring es una muy buena opción de compra para quienes buscan un coche eléctrico que satisfaga sus necesidades de desplazamiento diarias y no quieren o no pueden gastar los 30.000 euros que cuesta, por ejemplo, un Fiat 500e.
Si el italiano es un coche de capricho, el rumano es la elección de los prácticos: tiene el tamaño perfecto para encontrar aparcamiento sin (demasiados) problemas pero, la mismo tiempo, cuenta con un espacio de carga suficiente incluso para la compra de la semana de una familia de cuatro miembros (comprobado).
Esas cuatro personas viajan bastante cómodos (mejor si los ocupantes de la plazas traseras no son demasiado altos) y salvo en ocasiones especiales el conductor no temerá que la carga de la batería no sea suficiente para cubrir los trayectos del día.
Dicho de otro modo, con el Spring tendrá que arrancar con llave, subir y bajar la palanca del freno de mano y no podrá elegir la temperatura exacta del habitáculo pero, a cambio, habrá pagado entre 10.000 y 15.000 euros que por otros coches eléctricos de prestaciones similares.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe