Cuando se dice que un coche eléctrico tiene caja de cambios, en realidad estamos diciendo que puede ir hacia delante o marcha atrás, o estar en punto muerto. Efectivamente, no tienen una palanca de cambios tradicional, y desde luego ninguno tiene pedal de embrague. ¿Por qué no hay coches eléctricos con cambio manual? Para responder a esa pregunta, hay que entender cómo funcionan los motores.
Se basan en el electromagnetismo, alimentando un motor eléctrico con corriente, este produce mediante magnetismo un movimiento que se dirige a la caja de cambios, aunque es más correcto hablar de reductora o transmisión. Este movimiento es intenso partiendo desde una situación de parada total, o cero revoluciones. En un motor de combustión no podemos hacer eso, estando parados no pueden empezar a mover un vehículo.
Por eso necesitan un mecanismo que transmita la fuerza a la transmisión de forma progresiva, y que les permita funcionar sin una carga tan pesada al arranque. Estos elementos son totalmente innecesarios en los motores eléctricos. La aplastante mayoría de coches eléctricos solo necesitan una “marcha” o relación de transmisión, y algunos tienen dos (y son las excepciones). Entregan potencia de forma eficiente durante un abanico muy amplio de revoluciones, por lo que tampoco necesitan que haya varias relaciones de transmisión como norma general.
El cambio manual fue imprescindible para los coches de combustión, no para los eléctricos
Solo encontraremos pedal de embrague en coches de combustión que han sido convertidos a eléctricos y mantienen su caja de cambios. El poder cambiar de marcha supone una ventaja marginal, básicamente se cambia la aceleración y la velocidad máxima. Es decir, podrían iniciar la marcha tanto en primera como en quinta. El pedal de embrague no hay ni que tocarlo, los motores eléctricos no tienen ralentí, ni necesitan girar mientras el coche está parado.
Lo que sí podemos ver en multitud de coches eléctricos es que la palanca selectora del cambio, que por supuesto es automático, tiene funciones adicionales. Por ejemplo, pueden permitir al conductor seleccionar el nivel de retención deseado cuando se suelta el acelerador: retención nula o baja, retención media o retención fuerte. Cuando hablamos de retención, estamos queriendo decir frenada regenerativa.
En los coches de combustión el cambio de marchas es necesario para controlar el freno motor en los descensos o las deceleraciones, ya que si no se introduce combustible en los cilindros, el propio motor va frenando al vehículo por pérdidas por bombeo y rozamiento dinámico. En los motores eléctricos esto se regula electrónicamente, cuando no se les da corriente y están en movimiento, hacen lo contrario, producen electricidad.
Hay que recordar que si partimos de 0 km/h, aceleramos hasta recorrer un kilómetro, y luego usamos la frenada regenerativa, no vamos a recuperar electricidad como para recorrer otro kilómetro. Por eso hay que entender la frenada regenerativa como recuperativa, y a medias, pero no se crea energía de la nada ni es posible convertir un coche eléctrico en una máquina de movimiento perpetuo. Sigue habiendo pérdidas.
En definitiva, ¿por qué no hay coches eléctricos con cambio manual? No lo necesitan para nada.
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