- A través de la normativa CAFE, la Unión Europea multará con hasta 3.000 euros a los fabricantes por cada coche contaminante que vendan en 2025.
- La Unión Europea ha fijado el año 2035 como límite para vender todos aquellos automóviles que contaminen.
- El aumento de la demanda de vehículos eléctricos en 2020 ayudó a reducir las emisiones de CO2 en Europa
A partir de 2025, una normativa de la Unión Europea exigirá límites aún más estrictos en las emisiones de CO2 para los vehículos nuevos. Conocida como CAFE (Clean Air for Europe o Aire Limpio para Europa), esta regulación impone una disminución notable en el promedio máximo de emisiones de los automóviles vendidos por cada fabricante.
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Y es que la Unión Europea continúa con su firme compromiso contra la contaminación generada por vehículos de gasolina, avanzando en su plan para reducir su impacto ambiental. En esta línea, se ha establecido 2035 como el año definitivo para que todos los automóviles comercializados sean libres de emisiones contaminantes, marcando todo un progreso en la transición hacia un transporte más sostenible.
¿Qué es la normativa CAFE ?
La introducción de los vehículos eléctricos ha marcado todo un hito en el sector de la automoción, impulsando el desarrollo de nuevas alternativas de transporte que son tanto sostenibles como competitivas. Este avance ha brindado a la Unión Europea la oportunidad de desarrollar normas más estrictas en cuanto a los límites de emisiones.
En este contexto surgió la normativa CAFE, cuya gestión arrancó en 2020. Actualmente, esta regulación se centra en controlar las emisiones contaminantes procedentes del escape de los vehículos. De cara a 2025, la CAFE exige que la media de emisiones de CO2 en los vehículos de cada fabricante se reduzca en un 15 % en comparación con los niveles de 2020.
Esta estrategia responde a varios factores, entre ellos el Acuerdo de París de 2015, que tiene como meta una descarbonización total para 2050 y un control del aumento de la temperatura global, limitándolo a menos de dos grados Celsius. Aunque la mayoría de los fabricantes de automóviles han mostrado apoyo hacia este compromiso, algunos mantienen ciertas reservas frente a los desafíos que esta norma implica.
¿Qué dice la normativa CAFE sobre la emisiones de CO2?
Hasta ahora, la normativa CAFE ha exigido un límite máximo de emisiones de CO₂ de 115,1 gramos por kilómetro para cada automóvil, una meta que los fabricantes están obligados a cumplir. Sin embargo, esta cifra cambiará muy pronto. A partir de 2025, el umbral permitido de emisiones se reducirá a 93,6 gramos de CO₂ por kilómetro, una disminución de 21,5 gramos que representa un importante reto para algunas marcas, que tendrán que pagar multas si no alcanzan estos nuevos niveles.
Este nuevo límite de emisiones estará en vigor únicamente hasta 2029, cuando se reducirá aún más, estableciéndose en 49,5 gramos de CO₂ por kilómetro. La disminución progresiva continuará hasta 2035, momento en el cual se implantará un límite cero para las emisiones en la Unión Europea. Esta última medida marcará el fin de los automóviles que utilicen gasolina o sean diésel, impulsando la transición total hacia vehículos sin emisiones.
Las multas a los fabricantes de coches
La normativa CAFE establece que las marcas de automóviles pagarán multas de 95 euros por cada gramo de CO₂ que exceda el objetivo promedio de 93,6 gramos por kilómetro en automóviles de pasajeros. Este importe se aplicará a cada unidad vendida, por lo que si un fabricante sobrepasa el límite en varios gramos y registra un alto volumen de ventas, las sanciones alcanzarán cifras millonarias.
Luca De Meo, presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y CEO de Renault, advierte que estas multas podrían sumar hasta 15.000 millones de euros en total para la industria. No obstante, análisis recientes de empresas como Repsol proyectan que este monto podría elevarse a 20.000 millones de euros. Ante esta situación, Luca De Meo buscará persuadir a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que considere posponer el nuevo límite de emisiones en dos años.
De acuerdo con el informe elaborado por Repsol, empresas como el Grupo Volkswagen podrían enfrentarse a sanciones de hasta 8.844 millones de euros si no logran reducir sus emisiones de CO₂ de 123 gramos por kilómetro en 2023 a menos de 95 gramos en 2025. Considerando que Volkswagen vendió 3,3 millones de unidades en Europa durante 2023, esto implicaría una multa de aproximadamente 2.660 euros por cada vehículo comercializado.
Las marcas se alían contras las multas
Para evitar el impacto económico de las elevadas sanciones por emisiones, varios fabricantes de automóviles han decidido formar asociaciones estratégicas. Un ejemplo de ello es el Grupo Volkswagen, que ha establecido una colaboración con el gigante chino SAIC, con quien comparte una empresa conjunta para la producción y comercialización de vehículos en China.
Según un comunicado publicado en su cuenta oficial de LinkedIn, Volkswagen ha logrado incluir en su cálculo las ventas de vehículos eléctricos de la marca MG, que ya tiene presencia en varios mercados europeos. Esto les permitirá reducir en parte el exceso de emisiones promedio de sus modelos. La compañía ya ha formalizado la solicitud correspondiente ante la Unión Europea. También Honda y Jaguar Land Rover se han unido a Tesla para compensar sus emisiones de CO₂.
Aunque esta táctica podría parecer una maniobra elusiva, en realidad es una solución que se encuentra completamente dentro del marco legal. La normativa europea permite el comercio de derechos de emisión de gases contaminantes. Bajo ciertas condiciones, las empresas pueden comprar y vender estos derechos entre ellas para cumplir con los límites establecidos, adaptándose a sus necesidades específicas.
¿Qué otras soluciones tienen los fabricantes?
Para poder evitar las enormes pérdidas causadas por las multas a los vehículos contaminantes, las marcas cuentan con tres posibilidades. La opción más evidente para los fabricantes es incrementar las ventas de coches eléctricos, pero este objetivo no será sencillo de alcanzar. Como se ha visto en 2024, el mercado de vehículos eléctricos ha tenido que afrontar retos significativos, por lo que será necesario reducir aún más los precios para hacerlos más atractivos para los consumidores.
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Otra posible estrategia sería reducir la venta de automóviles de combustión. Para ello, los fabricantes podrían recurrir a ciertos ajustes temporales, como registrar los vehículos eléctricos vendidos en los últimos dos meses de 2024 como ventas de 2025.
Además, otra maniobra posible sería la venta de coches de combustión que se comercialicen en los últimos meses de 2025, pero que no se entreguen hasta 2026. De esta forma, el sector ganaría algo de tiempo para adaptarse a la evolución del mercado de vehículos eléctricos y podría ajustar sus planes de producción de acuerdo con la demanda.
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Belén Valdehita es una periodista madrileña con más de 25 años de experiencia. Cursó los estudios de periodismo en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU. Actualmente colabora como redactora de contenidos freelance para webs como Hoteles.net, Tiempo.com o movilidadelectrica.com
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