Por las redes sociales se viralizan imágenes que muestran lo que el coronavirus está haciendo a las grandes ciudades. No es malo, todo lo contrario. La limitación de la circulación de las personas ha reducido drásticamente los niveles de contaminación. Es por eso que las urbes lucen más limpias que nunca; también la razón por la que expertos creen que las motos y los coches eléctricos serán los grandes vencedores tras el COVID-19.
La reducción de los desplazamientos como primera medida para poner freno a la expansión del coronavirus en España ha supuesto también una caída radical de los niveles de concentración de dióxido de nitrógeno. Los datos hechos públicos por diferentes organizaciones señalan una disminución media del 64% en las principales ciudades españolas tras las medidas decretadas para la lucha contra el COVID-19. Donde más han bajado ha sido en Barcelona, con un 83%. En Madrid, la reducción ha sido de un 73% y en Valencia, de un 64%.
Todavía confinados en casa, vemos imágenes actuales de los cielos de las grandes urbes azules, sin esa ya habitual boina negra sobre sus edificios. “Los niveles de contaminación han mejorado mucho en marzo; por ejemplo, el índice ICA de calidad del aire está por debajo de 50, lo que representa buena calidad atmosférica con escaso potencial para afectar a la salud pública”, recuerdan desde la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE).
El miedo al coronavirus duplica el uso de servicios de movilidad compartida
Hay otro aspecto a tener en cuenta. La vuelta a la normalidad en las grandes ciudades va a ser gradual una vez que se controle la pandemia. La mejora en la calidad del aire y el miedo inicial a los contagios en el transporte público abre un “horizonte dorado” para la movilidad responsable y sostenible con los vehículos de dos ruedas y los eléctricos como vencedores.
Motos y coches eléctricos serán los grandes vencedores tras el COVID-19
“Pronto volveremos a la actividad normal, los vehículos tomarán las carreteras y la gente tendrá que desplazarse al trabajo o por motivos de ocio”, reflexionan los expertos de AEDIVE. “Todo este esfuerzo colectivo que realicemos durante el estado de alarma, aunque obligado, podría servir para tomar conciencia e intentar mantener ese color azul en el cielo y cambiar los hábitos de movilidad”, aseguran esperanzados.
Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial, destaca que “juraría que que vamos a valorar muchas más cosas que antes no hacíamos, como la atmósfera limpia”. De ahí que el experto apele al concepto de movilidad responsable.
Tras el COVID-19 “habrá una vuelta progresiva al transporte público porque tampoco hay mucha alternativa, pero en la vuelta al al transporte privado, sí veremos mucho crecimiento de las dos ruedas como vehículo de movilidad personal”, apunta.
En concreto, señala directamente a la motocicleta y la bici en las grandes ciudades. “Con algo de política pública por parte de los gobiernos locales, creo que puede ser una etapa en la que pasaremos de las cuatro a las dos ruedas y el motor eléctrico por la restricción del vehículo de cuatro ruedas”, declara a Invertia Ledesma. De hecho, “ya estaba creciendo un 10% el año pasado y probablemente aumentará más”.
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En este sentido, Arturo Pérez de Lucia, director general de Aedive, muestra que “los datos de marzo han evidenciado un crecimiento notable de las dos ruedas eléctricas frente a los coches, si bien, a priori, no nos pueden hacer pensar que esta será la tendencia continuada tras el estado de alerta sanitaria”. Además, incide en la reflexión sobre la movilidad.
El director general de Anfac, José López-Tafall, declara que “esta pandemia de COVID-19 va a cambiar muchas estructuras y la manera de enfrentarnos que teníamos a actividades cotidianas como la movilidad va a cambiar, sin duda”. Sin embargo, “la tendencia, sobre todo en las ciudades, que enfrentan problemas de contaminación o de congestión, se dirigía más hacia servicios de movilidad compartida”.
Una lucha conjunta
Sin embargo, como bien reconoce Arturo Pérez de Lucia, director general de Aedive, “el COVID-19 no hará que el cambio climático desaparezca y tampoco ganaremos la lucha contra el coronavirus sin una respuesta económica sólida”. “No debemos olvidar que uno de los segmentos de población más expuesto a los efectos del coronavirus es el de quienes padecen problemas cardiovasculares fruto de la contaminación, entre otros agentes”, ahonda.
Por eso, Aedive destaca que se han empezado a materializar gestos como que el Gobierno haya lanzado el nuevo Plan de Energía y Clima (PNIEC) como palanca para la recuperación económica y para el que prevé inversiones de 241.000 millones de euros y la creación de entre 250.000 y 350.000 empleos entre 2021 y 2030.
Ramón Ledesma afirma que “lo que está claro es que el sector de la automoción estaba delicado y probablemente va a sufrir”. “En cómo reinventemos el modelo, el Gobierno tendrá una parte”, enfatiza. No obstante, recuerda que “dependerá más de la propia sociedad porque los recursos gubernamentales van a quedar bastante mermados”.
Pérez de Lucía recuerda que en los últimos diez años se han hecho “enormes progresos en la mayoría de los sectores de transición”. Una década atrás, “la movilidad eléctrica era una estrategia sin producto, la energía eólica era tres veces más cara de lo que es hoy en día y la energía solar siete veces”.
“Hoy día, son sectores productivos competitivos, que ofrecen soluciones eficientes, que generan empleo, competitividad y que refuerzan el tejido productivo, tecnológico y social para los que se han desarrollado herramientas para asegurar una transición justa”, señala.
En opinión del director general de Anfac, “el sector de la automoción en su conjunto necesita un plan de choque de estímulo de la demanda, que afecte al conjunto de vehículos y que favorezca la renovación del parque con las mejores tecnologías disponibles”.
Qué pasará con las ventas de coches
Pese a que el coronavirus ha destrozado las ventas del ya castigado mercado de coches en España, hay motivos para la esperanza. Nicolás Cantaert, director general de Sumauto, dirige su mirada hacia China para intentar pronosticar lo que pasará en España. “Ellos van más adelantados que nosotros en la evolución de la crisis sanitaria y el interés por la compra de coches es algo que ya estamos empezando a ver en el gigante asiático, donde la gente vuelve a pensar en comprar un coche, motivada en parte por viajar en un vehículo particular, más seguro y más limpio, mientras el uso del transporte público está cayendo”, explica.
Según datos de Ipsos, el 66% de los chinos tiene intención, tras la crisis sanitaria del COVID-19, de adquirir un coche nuevo en los próximos seis meses. Y, curiosamente, el 42% refleja, especialmente en aquellas regiones más afectadas por el virus, un mayor interés en la compra online de un vehículo. “En España, cuando dejemos atrás la pandemia, podría ocurrir algo similar”, augura Nicolás Cantaert.
Del mismo modo, los concesionarios trabajan para tener una recuperación progresiva. Por ejemplo, en la segunda quince de junio Faconauto lanzará su plataforma de compra de vehículos de segunda mano online NIW. Es más, su presidente, Gerardo Pérez, explicó recientemente a Invertia que este verano tendremos las mejores oportunidades en años para comprar coches.
El director general de Anfac también se muestra optimista. “Dentro del impacto que el COVID-19 haya tenido sobre nuestras costumbres, se verá cómo crecen los distintos mercados”, asegura.
Fuente: AEDIVE
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe