La electrificación completa del parque de vehículos en todo el mundo supondrá un aumento de la demanda de las principales materias primas que se utilizan para la fabricación de un coche eléctrico, como el litio, cuya demanda aumentaría un 2.511%, o el cobalto, que crecería un 1.928%.
Así lo concluye un estudio de UBS recogido por profesionales de la Universidad Politécnica de Madrid, la Real Academia de Ingeniería y la Universidad Politécnica de Madrid en un ‘paper’ publicado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que destaca la incertidumbre que todavía existe sobre la demanda de minerales en relación al auge del coche eléctrico.
En concreto, la comparación entre un Volkswagen Golf y el eléctrico Chevrolet Bolt arroja una diferencia de peso del 22%, siendo más pesado el segundo y con una concentración de aluminio y de cobre un 70% y un 80% superior, respectivamente, en contraposición con una composición de acero y hierro inferior en un 75% y un 60%, respectivamente.
En general, un coche eléctrico se compone en un 39% de acero, seguido de un 31% de tierras raras y otros componentes, además de un 9% de aluminio, un 5% de cobre, un 3% de grafito y el resto en manganeso, níquel, litio, cobalto y caucho.
Además, un vehículo eléctrico cuenta con elementos semiconductores de energía por valor de 580 dólares (520 euros), entre seis y diez veces más que en un coche convencional, algo que impulsará esta demanda de minerales.
El propósito de la inclusión de este tipo de estudios en la revista del ministerio ‘Economía Industrial’ es propiciar la reflexión pública y ampliar los puntos de vista, en el marco de debate sobre la transición hacia nuevas formas de movilidad.
Actualmente, el principal productor de estos minerales es China, que concentra el 83% de las tierras raras, el 65% del grafito y el 19% de Manganeso, material del cual Sudáfrica es productor líder, con el 29% del total. Respecto al litio, Australia es líder y concentra el 41% de la actividad; del cobalto República Democrática del Congo (54%) y del níquel Filipinas (22%).
Necesidad de nuevos recursos minerales
Ante esa situación, el estudio destaca que la velocidad del cambio de esta demanda puede motivar “una falta de sincronía” entre las restricciones por motivos técnicos y su solución, así como originar una “acusada variación” de los precios, motivada por al amenaza de una presunta escasez.
Por ello, considera que es “ineludible” la necesidad temporal de nuevos descubrimientos de recursos minerales y el desarrollo de proyectos de explotación para asegurar el incremento de la demanda, a lo que se une “el peligro de la utilización geopolítica de las debilidad de la cadena de suministro”.
“Llama poderosamente la atención como el gigante asiático (China) ha tomado una posición preferente, bien en la producción de las materias primas o en las primeras transformaciones de los minerales de producción escasa y casi siempre estratégicos; la concentración, al menos momentánea, de la producción en muy pocas manos (tierras raras, grafito, litio, cobalto, con mayores índices I++) y la inestabilidad política o social (cobalto) es otro factor de inseguridad que muchas veces lo acusan los propios mercados”, concluye el estudio.
El propósito de la inclusión de este tipo de estudios en la revista del ministerio ‘Economía Industrial’ es propiciar la reflexión pública y ampliar los puntos de vista, en el marco de debate sobre la transición hacia nuevas formas de movilidad.