El BMW i3 y el BMW i8 han sido un escaparate tecnológico en los últimos años. Sin embargo el fabricante bávaro podría eliminar su programa de desarrollo, que no encajaría en una nueva estrategia de producción flexible, de plataformas multitecnológicas, con la que afrontará la dura competencia en una industria que cambia a pasos agigantados.
BMW creo en 2011 la submarca BMW i para incluir en ella vehículos diferentes, no solo por el uso de tecnologías de movilidad alternativa sino nuevos materiales, ecológicos y sostenibles, apostando por un diseño innovador, fuera de las convenciones y de las líneas de diseño de la marca matriz.
El BMW i3 llegó al mercado como la primera incursión del fabricante en la movilidad cien por cien eléctrica para un mercado de masas, y le ha servido como plataforma de aprendizaje. El nuevo tren motriz incluye un motor eléctrico, alimentado por una batería, que necesita incorporar nuevos elementos electrónicos como inversores y sistemas de control de carga y descarga (BMS) además de la propia electrónica de potencia del motor. También el uso de materiales como la fibra de carbono y otros materiales novedosos han supuesto una fuente de experiencias útiles para futuros modelos. Este modelo es considerado un éxito por el fabricante bávaro, pero hay muchos expertos que no ven en él una competencia adecuada para afrontar el desafío que los modelos de la competencia están poniendo en el escaparate. Tesla y el Model 3 están suponiendo una revolución general que puede hacer mucho daño en el segmento en el que BMW tiene buena parte de su mercado.
Para los próximos años BMW ya ha anunciado cambios significativos. Para 2025 el catálogo de vehículos del fabricante alemán no se parecerá en nada al actual. El BMW Concept iNext llegará en 2021, convirtiéndose en un modelo de producción, que, por las últimas informaciones que tenemos, podría recibir en nombre de BMW i4, y que precisamente busca competir en uno de los segmentos clave, el de las berlinas premium eléctricas. El otro, el de los SUV eléctricos, lo cubrirá con la llegada, del BMW iX3, el primer modelo SUV completamente eléctrico montado sobre la versión de combustión del X3, es decir, no desarrollado especialmente como vehículo de baterías.
El futuro del BMW i3 y el BMW i8 parece no ser tan optimista. Según algunas fuentes internas, podrían no tener sucesor. Durante la celebración del Salón del Automóvil de Nueva York Stefan Juraschek, jefe del tren motriz eléctrico de BMW AG, ha realizado unas declaraciones que podrían confirmar la intención de la marca de deshacerse de estos ellos: “Estos modelos (i3 e i8) son únicos y pueden considerarse como escaparates de tecnología. No fueron desarrollados como una familia que podamos expandir con, quizás, cinco o 10 derivados”.
La estrategia de BMW apuesta por un futuro en el que sus modelos podrán incorporar bajo la misma carrocería diferentes tecnologías de tracción: eléctrica, híbrida y de combustión. Por esa razón prepara sus líneas de montaje para poder fabricarlas bajo demanda. Estas arquitecturas de próxima generación estarían listas a partir de 2021, según Juraschek. Los componentes para vehículos eléctricos se agruparán en un kit modular compatible con esta arquitectura.