El desarrollo de una infraestructura de carga pública para vehículos eléctricos que abarque toda Europa tendría un coste total estimado de 12.000 millones de euros entre 2018 y 2030. Por otra parte, en inversión privada serían necesarios 20.000 millones de euros, según un estudio de Transport & Environment (T&E).
El estudio también señala que la cantidad destinada a cada una de las regiones de Europa será “muy diferente”, ya que el 83% del total concentrado se encuentra en Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Reino Unido y Suecia. Por su parte, un 12% de los más de 30.000 millones serán necesarios en Italia, Portugal y España, mientras que el 5% habría de ser destinado a Grecia, Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia.
El informe, que recoge datos de Fuelling Europe’s Future II de Cambridge Econometrics, indica que los 12.000 millones de inversión para el desarrollo de dicha infraestructura de carga pública han de estar en perspectiva con los 100.000 millones destinados anualmente en el conjunto de la Unión Europea con el objetivo de desarrollar infraestructuras de transporte.
Las carencias de la infraestructura de carga pública
T&E considera que la UE debe crear un fondo destinado a la expansión de red de infraestructura de carga pública, dirigido principalmente a ciudades con mala calidad del aire o con carencia de recursos. Asimismo, la organización apela a la desaparición de barreras burocráticas, de tiempo y coste que impiden a un usuario instalar un cargador privado en su plaza de aparcamiento.
“Las empresas deberían desempeñar un papel de liderazgo en la aceptación del ecosistema de la movilidad eléctrica y la adopción de nuevos hábitos. Más de la mitad de las matriculaciones de automóviles en la UE es realizada por empresa, lo que crea una oportunidad excepcional para las compañías que se preocupen por el medio ambiente” apunta el informe”.
En este contexto, Transport & Environment considera que la falta de variedad de modelos es la causa principal por la que el mercado de vehículos eléctricos no termina de despegar, y no la falta de una red de carga pública. La firma explica que la infraestructura de carga pública tan solo copa un 5% de las recargas de automóviles y subraya que la falta de dicha red que se denuncia por parte de distintos colectivos supone más un factor “psicológico” que real a la hora de animar a un usuario a cambiar su coche de combustión interna por un eléctrico, sobre todo para aquellos que no disponen de garaje o plaza de aparcamiento.