Los coches eléctricos son más económicos a lo largo de su vida útil por el coste de la electricidad, su elevada eficiencia, y una necesidad de mantenimiento preventivo muy baja. Sin embargo, todo se puede ir al traste si toca la intervención más temida en un taller: la sustitución o reemplazo de las baterías. Y es que cambiar la batería de un coche eléctrico es bastante costoso.
Las baterías se dividen en varias partes. La unidad básica de almacenamiento es la celda, que simplemente almacena energía. Varias celdas se agrupan en módulos, salvo algunos diseños más modernos como el CTP de CATL (celda a paquete), y a su vez, varios módulos conforman el paquete de baterías. Lo normal es que las baterías sean NMC (níquel, manganeso y cobalto) o en mucha menor medida, LFP (litio ferrofosfato).
En teoría, los fabricantes nos dicen que las baterías van a durar lo mismo que el coche, 15-20 años, y suelen dar garantías hasta 160.000 km u 8 años, lo que antes ocurra, por encima del resto del coche. Algunos dan hasta 10 años, e incluso un millón de kilómetros se ha llegado a ver. Pero ¿cuándo hay que cambiar la baterías de un coche eléctrico? ¿Y cuánto cuesta?
Como suele ocurrir con las baterías de uso electrónico o doméstico, no mueren en el acto, de un día para otro, sino que se van degradando a nivel interno por la formación de microestructuras químicas que van disminuyendo su capacidad. En algunas marcas, se considera que las baterías están para cambiar con el 60% de su capacidad original, otras lo elevan al 70%. Perder esa capacidad significa, obviamente, hacer menos kilómetros con una carga completa. La degradación no es lineal.
Para la mayoría de la gente, la sustitución de las baterías sale a coste cero, porque están cubiertas por la garantía, así que es el fabricante el que asume el coste tras pagar a los reparadores autorizados componentes y mano de obra. El problema es otro cuando la garantía ha expirado, algo ya no tan raro considerando que estamos en 2023 y los primeros eléctricos de venta masiva en España llegaron en 2010-2011.
El coste del reemplazo depende mucho de si el fabricante proporciona módulos de batería o solo vende el paquete entero. En algunos casos, la referencia de recambio existe, pero no la sirven, con lo que el coche queda desahuciado. Un estudio de CONEPA, la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción, nos permite hacernos una idea con tres modelos muy populares:
Modelo | Precio de sustitución de paquete | Mano de obra |
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Renault ZOE | 14.749,53 euros | 2,5 horas |
Nissan LEAF | 16.649,40 euros | 2,3 horas |
Hyundai IONIQ | 22.195,20 euros | 3,1 horas |
En la práctica, estos precios pueden oscilar bastante en función de atenciones comerciales, descuentos, o una variabilidad muy difícil de explicar entre concesionarios. Desde luego son precios bastante disuasorios y que prácticamente significaría mandar el coche al desguace. ¿Y cuánto cuesta cambiar celdas a nivel individual, que sería lo más económico?
Modelo | Precio de sustitución de celda | Mano de obra |
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Renault ZOE | 2.730,77 euros | 1,2 horas |
Nissan LEAF | No disponible | No disponible |
Hyundai IONIQ | 1.347,64 euros | 4,4 horas |
El precio de la reparación estaría directamente relacionado con el número de celdas que hubiese que reemplazar, con suerte solo es una, pero pueden estar afectadas varias adyacentes por distintos motivos, como un impacto, fallo de refrigeración o simple “calentón” si están refrigeradas por aire.
El cambio del paquete completo puede costar más que el propio coche
El año pasado conocimos un caso muy extremo de un cliente chino de un Polestar 2, que se salió de la carretera, resultando dañado tanto el paquete de baterías como una plancha de aluminio protectora. Fue muy mediático el presupuesto que difundió, 540.000 yuanes (71.630 euros al cambio), bastante por encima de lo que costaba el mismo coche a estrenar, 338.000 yuanes (44.835 euros al cambio).
También se han hecho muy mediáticos casos de Tesla Model S que han necesitado un paquete nuevo y que en el servicio técnico han sido presupuestados más de 20.000 euros al cambio, provocando la evidente indignación en quien se había comprado una de estas berlinas usada, a un precio muchísimo más bajo que cuando era nuevo, y que no estaban dispuestos a pagar semejante suma. Un finlandés llegó a volar su Tesla con 30 kg de dinamita.
La alternativa a pagar esos precios es sencilla, acudir a reparadores independientes que, a partir de baterías ya retiradas de coches eléctricos, reemplacen únicamente los módulos o celdas que fallan, siempre y cuando el resto esté bien. Y en el caso de una sustitución completa, siempre saldrá más barato emplear módulos de desguace que ponerlos nuevos.