Stellantis ha anunciado un acuerdo de compra vinculante con NioCorp Developments Ltd. en Estados Unidos para el suministro de tierras raras. Hoy día, los fabricantes dependen fundamentalmente de China para aprovisionarse de baterías o sus materiales precursores, pero lo mismo pasa con elementos químicos que no se obtienen fácilmente, las tierras raras. No es tanto un problema de escasez, sino de disponibilidad a buen precio.
El fabricante multinacional, concentrado considerablemente en EEUU -por la parte de Fiat Chrysler-, ha echado un ojo al Proyecto de minerales críticos Elk Creek, en el sureste del Estado de Nebraska. De momento nada se explota allí, el proyecto está pendiente de recibir suficiente financiación para ponerse en marcha, y no se han acordado cantidades a suministrar. Eso vendrá después.
Si todo va bien, se prevé un acuerdo definitivo para un contrato de suministro de 10 años para cantidades específicas de óxido de neodimio-praseodimio, óxido de disprosio y óxido de terbio por parte de NioCorp. Estos materiales serían imprescindibles para cumplir el compromiso de ser un fabricante de carbono neto cero para 2038.
Stellantis aclara que no se ha completado ningún análisis económico sobre el recurso mineral de tierras raras del Proyecto Elk Creek. Es decir, hacen falta más estudios antes de determinar si la extracción de elementos de tierras raras se puede justificar razonablemente y si es económicamente viable, después de tener en cuenta todos los factores relevantes.
Si repasamos la estrategia de Stellantis para los próximos años en coches eléctricos, encontramos que habrá cuatro plataformas fundamentales, STLA Small, STLA Medium, STLA Large y STLA Frame. Las tres primeras son para turismos, de diferentes tamaños y con carrocerías monocasco. Por otro lado, STLA Frame es para pick-ups y vehículos comerciales pensados fundamentalmente para Norteamérica.
Además de las plataformas, Stellantis quiere disponer de una cadena de suministro resiliente y fiable, sin dependender de tanto intermediario. En los últimos meses, Stellantis ha estado en contacto con varias empresas de todo tipo para asegurarse los minerales que va a necesitar, o su procesamiento, y con opción en algunos casos de entrar en el control de esas empresas.
A futuro, Stellantis quiere evitarse lo que le pasa actualmente, que compra las baterías a otras empresas (sobre todo de Asia), no controla la cadena de suministro asociada a las mismas, y en parte pasa lo mismo con los motores, electrónica de control y otros elementos sofisticados que son propios de los coches eléctricos. De hecho, una de las claves de la rentabilidad que quieren obtener se liga a los contraros de compras, a lo bestia, y al menor precio posible.
¿En qué afecta esto al consumidor? Básicamente, Stellantis podrá fabricar de forma más pareja a la demanda, y a precios significativamente más bajos. Con todas las marcas que tiene el grupo, no tiene sentido hacer las cosas de otra forma.