El Congreso de los Diputados ha publicado la declaración de bienes de los diputados salidos de las urnas el pasado 28 de abril. Sorprende que ninguno tenga coche eléctrico y que solo cinco apuesten por las nuevas alternativas de propulsión menos contaminantes. Ni siquiera la ministra para la Transición Energética tiene un vehículos eficiente. Consejos vendo y para mi no tengo, dice el refranero…
Todos los partidos llevaban en mayor o menor cantidad medidas pensadas para facilitar el paso a una movilidad sostenible en sus programas electorales. Unos penalizaban abiertamente al diésel, otros no tanto, pero todos señalaban a la electricidad como la mejor alternativa para reducir los niveles de contaminación y evitar así las multas europeas.
Conocidos los resultados, los que ya son diputados de la XIII legislatura han presentado su declaración de bienes. Un documento en el que hacen público su patrimonio, así como las actividades extraparlamentarias que desempeñan, con o sin retribución económica; y los intereses económicos particulares de sus últimos años.
Con estas declaraciones hemos sabido, por ejemplo, que Pedro Sánchez ganó algo más de 16.500 euros en concepto de derechos de autor por el libro autobiográfico Manual de Resistencia, que salió a la venta en febrero y del que ha dicho que donará las ganancias a asociaciones de personas sin hogar.
O que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y su compañera sentimental y de partido, Irene Montero han tenido que pedir un préstamo de más de 475.000 euros para pagar el chalet que se compraron en Galapagar en medio de una fuerte polémica.
Los coches particulares de los políticos
Cotilleos aparte, lo que a nosotros nos interesa es ver qué coches tienen nuestros políticos.
Tras analizar su declaración de bienes la conclusión es que lo de que el coche eléctrico es la mejor opción de movilidad es para los demás, no para ellos. Y es que de los 350 diputados de la nueva legislatura ¡ni uno solo ha declarado tener un coche eléctrico!
No es eso lo peor. Llama la atención que solo seis de los (insisto) 350 diputados conducen un vehículo eficiente. Y que si hacemos una medias con la antigüedad de los vehículos que han declarado llegamos a los 12 años, lo que significa que, según las indicaciones de la DGT son peligrosos y deberían ser renovados lo antes posible.
Vamos con algunos ejemplos:
- Pedro Sánchez no tiene vehículo en propiedad. En la anterior declaración incluyó un Peugeot 407 de 2005, pero parece que se ha desecho de él
- Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno en funciones, declara un Nissan Micra de 2006
- Reyes Maroto, ministra de Industria en funciones, conduce un Kia Ceed de 2016. Vale, este es más moderno, pero ni es ecológico ni fabricado en España…
- Teresa Ribera, la ministra para la Transición Ecológica tienes dos coches: un Peugeot 307 de 2007 y un Peugeot 5008 de 2011. No dice si son diésel o gasolina, pero muy ecológicos no son…
- Albert Rivera, líder de Ciudadanos declara un VW Golf con más de una década de antigüedad
- Santiago Abascal, presidente de VOX, tiene a su nombre un coche y una moto; concretamente un Jeep Commander (un todo terreno, entendemos que por su conocida afición a la caza) y una BMW
- Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, se desmarca como uno de los diputados que ha estrenado coche hace poco tiempo. No es eficiente, pero tampoco caro: se trata de un Dacia Sandero que matriculó en 2017
Solo tres diputados tienen coches híbridos
Isabel Celaá, la ministra de Educación que posee un Toyota Auris híbrido de 2017 con etiqueta ECO; Alejandro García (Unidos Podemos), con un Toyota Auris híbrido; y Antonio Roldán(Ciudadanos), con un Kia Niro híbrido, son los únicos políticos que apuestan, en su vida particular, por los coches híbridos.
También muestra preocupación por el medio ambiente la diputada del PSOE, María Dolores Narváez (PSOE), la única diputada con coches de gas. Tienes dos: un Opel Corsa GLP de 2016 y un Chevrolet Aveo GLP de 2010.
No predican con el ejemplo
Y hasta aquí…
La declaración de bienes de nuestros políticos pone de manifiesto que, al menos en lo que a movilidad se refiere no predican con el ejemplo. Ellos nos piden que cambiemos de coche, que compremos un eléctrico, pero conducen modelos altamente contaminantes.
Personalmente quiero pensar que la antigüedad de los coches de los políticos se debe a que acomodados al uso de vehículos oficiales no piensan en el que tienen estacionado en el garaje. Ojo, que no es que esto les justifique a ellos ni me consuele a mi; lo haría si el coche oficial que cada día les recogiese fuera eléctrico, pero tampoco es así.
Me pregunto si la solución no sería aprobar una ley que les obligara a cambiar de vehículo por uno más eficiente, quizá así se mostrasen más dispuestos a lanzar programas de ayudas a la compra, más puntos de carga…
Porque nada duele más que lo que te toca directamente al bolsillo.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe