- La inteligencia artificial puede optimizar muchos aspectos como la gestión de baterías de los vehículos eléctricos, ayudando al progreso de la movilidad eléctrica
- La industria del transporte autónomo necesita de la IA para desarrollarse
- Inteligencia artificial para la conducción autónoma, el nuevo objetivo de la colaboración de Wayve y Uber
La innovación tecnológica es un elemento fundamental para el correcto desarrollo de cualquier tipo de industria. Por ello, la inteligencia artificial está cada vez más presente en la movilidad eléctrica, retroalimentándose ambos sectores para alcanzar un objetivo común. Actualmente resulta bastante común encontrar diversas herramientas de IA en coches eléctricos, un asunto que quizás nos parecía improbable hace no tantos años. De hecho, muchos coches eléctricos incorporan la herramienta de inteligencia artificial más conocida, ChatGPT.
Aún así, el sector de la movilidad eléctrica nunca ha vivido de espaldas a las posibilidades que podía ofrecer la inteligencia artificial. Algo evidente, ya que hace tiempo que se inició la carrera para desarrollar el transporte autónomo, para el que es imprescindible la inteligencia artificial. Además, existen ejemplos muy recientes que evidencian la implementación de la IA, como es el caso del Xpeng P7+, el primer coche definido por la inteligencia artificial.
Inteligencia artificial y movilidad eléctrica: una alianza estratégica
La sinergia entre los mundos de la inteligencia artificial y la movilidad eléctrica resulta beneficiosa para ambos sectores, además de ser crucial para seguir avanzando en la transición energética. Especialmente, la inteligencia artificial es necesaria para lograr optimizar al máximo posible toda la cadena de vida de los vehículos eléctricos. En primer lugar, sirve de gran ayuda para sacarle el mayor partido a los sistemas de carga de los vehículos, mejorando la autonomía de los mismos y los tiempos de carga.
A largo plazo, la implementación de este tipo de tecnologías en el sector contribuirá a reducir los costes de producción y mantenimiento de los coches eléctricos, convirtiéndolos en un producto mucho más accesible para el público general. A su vez, puede analizar datos sobre tráfico, cargadores o meteorología para calcular las rutas más eficientes para los usuarios, además de que la IA puede ayudar a las empresas de transportes en la gestión de la seguridad de sus flotas de eléctricos. Por último, es fundamental para el desarrollo de vehículos autónomos, un hito que revolucionaría completamente el mundo de la movilidad.
IA en la planificación de rutas y navegación
Ya son muchos los coches eléctricos que incluyen inteligencia artificial en sus sistemas de navegación. De esta manera, el vehículo planifica rutas personalizadas a cada usuario y eficientes. La IA puede realizar funciones como analizar datos sobre el tráfico en tiempo real e incluso prever cómo evolucionará. Además, optimiza la navegación, ya que tiene en cuenta otras variables como las condiciones climáticas, los cargadores disponibles, el estilo de conducción del usuario o el estado de la batería del vehículo.
Inteligencia Artificial para la gestión de puntos de carga de vehículos eléctricos
No solo los fabricantes de vehículos eléctricos están incluyendo la IA para mejorar la planificación de sus rutas. Google, dueño de sistemas de navegación muy conocidos como Google Maps o Waze, ya está comenzando a introducir inteligencia artificial en estos navegadores, lo que les permite realizar recomendaciones personalizadas a cada usuario.
Vehículos autónomos y su conexión con la inteligencia artificial
El futuro de la movilidad pasa por el desarrollo de los vehículos autónomos. A su vez, el elemento clave para que estos vehículos puedan circular de forma eficiente y segura es la inteligencia artificial. Por así decirlo, la IA es el cerebro y conductor de esta modalidad de transporte. En primer lugar, equipan una gran variedad de sensores que recopilan información sobre el entorno en tiempo real. Luego, los algoritmos de la inteligencia artificial procesan esta información para esbozar una representación del vehículo y su entorno.
Una vez realizada esta tarea, la inteligencia artificial toma decisiones acerca de cómo debe conducir el vehículo. El desarrollo de estas aplicaciones crece exponencialmente con las pruebas y el paso del tiempo, ya que las IA son capaces de aprender y mejorar a medida que recopilan mayor cantidad de datos, aumentando así su precisión y seguridad.
Retos éticos y tecnológicos de la IA en el sector automotriz
Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial abre ciertos debates éticos acerca de cómo debe utilizarse y cual debe ser el camino que siga su desarrollo. Respecto a la movilidad, el principal reto al que se enfrenta la inteligencia artificial recae en el transporte autónomo. Estos vehículos pueden reducir el número de accidentes en la carretera al eliminar el error humano, aunque para alcanzar tal nivel de seguridad tiene que funcionar a la perfección.
Además, habrá casos en que esta deba tomar decisiones difíciles, como salvar al ocupante del vehículo o al peatón en caso de accidente inminente. Quién decidirá cuál es la decisión adecuada y por qué o sobre quién recaerá la responsabilidad en caso de error son los principales debates acerca del futuro de la inteligencia artificial y la movilidad sostenible. Además, la IA recolecta una gran cantidad de datos sobre los usuarios, lo que provoca cierta preocupación sobre si será capaz de garantizar la privacidad de los mismos.
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Carlos González es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Colabora como redactor para Energynews.es, movilidadelectrica.es y hidrogeno-verde.es. Un apasionado de los coches y del mundo del motor desde pequeño. Además de muy interesado en todos los ámbitos de la sostenibilidad: movilidad, transición energética, nuevas energías...