Las nuevas inversiones en materia de movilidad eléctrica que se han realizado en Estados Unidos y China tienen el objetivo de pelear contra la hegemonía de China. Sin embargo, en la batalla por las materias primas para los vehículos eléctricos, especialmente en la del grafito, Occidente lo tiene cuesta arriba.
Los coches eléctricos necesitan actualmente entre 50 y 100 kilos de grafito en su paquete de baterías, en concreto para los ánodos, los electrodos negativos de una baterías. Esta cantidad supone el doble del litio que precisa la batería.
Con previsiones de que la demanda de este material aumentará drásticamente, ya se está comenzando a utilizar grafito sintético, desarrollado a finales del siglo XIX y que, durante la última década, ha sido utilizado prácticamente en el mundo del vehículo eléctrico.
Crecimiento del mercado de grafito sintético
Su aplicación está creciendo rápidamente y, según Benchmark Mineral Intelligence, el grafito sintético podría representar dos tercios del mercado de ánodos de baterías para vehículos eléctricos en 2025.
Los pronósticos apuntan a que el mercado de grafito sintético crezca más del 40% en los próximos años, alcanzando un volumen de mercado de 4,2 mil millones de dólares estadounidenses en 2028, según Mordor Intelligence.
Sin embargo, las empresas que buscan hacerse un hueco en este mercado se están topando, cómo no, con el gigante chino. El país asiático refina actualmente más del 90% del grafito natural del mundo, utilizado en prácticamente todos los ánodos de baterías de VE. Entre los colosos chinos se encuentran las empresas BTR y Shanshan, que han invertido cientos de millones de dólares en impulsar su actividad.
Además, según Victoria Hugill, investigadora de Rho Motion, la introducción del grafito sintético en la cadena de suministro de baterías es actualmente muy exitosa comercialmente.
¿Puede competir Occidente?
Aunque los productores chinos controlan una parte significativa del todavía pequeño mercado de grafito sintético, empresas recién llegadas como Anovion y Novonix, con sede en Estados Unidos, y Vianode, establecida en Noruega, quieren competir en este mercado.
Para ello, cuentan con ventajas. Ejemplo de ello es que es más fácil establecer una instalación de producción de grafito sintético que abrir nuevos emplazamientos mineros de grafito natural. Además, los productores estadounidenses pueden beneficiarse de los incentivos de la Ley de Reducción de la Inflación. Otra de las ventajas es que las nuevas instalaciones no necesitan estar ubicadas cerca de una mina de grafito.
¿Es sostenible la producción de grafito sintético?
Vianode tiene un proyecto para abrir instalaciones de grafito sintético en Europa y Norteamérica con capacidad suficiente para suministrar hasta a 2 millones de vehículos al año para 2030.
La propuesta de esta compañía es diferente, ya que pretende establecer un proceso de producción impulsado con energía renovable que permitirá obtener una huella de carbono un 90% más baja que la de las refinerías chinas.
Imagen: DepositPhotos.
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