Los coches eléctricos necesitan un mantenimiento mucho menos complejo que un coche de combustión. Siendo su mantenimiento un 40% más barato, debido a que tienen entre 800 y 1.000 componentes menos. Esta sería una de las ventajas de los coches eléctricos. Respecto a los filtros, un vehículo de combustión usan cuatro tipos de filtros distintos: el filtro de habitáculo, el de aceite, el de combustible y el de aire. Mientras que los filtros de los coches eléctricos únicamente contienen de aire, aunque algunos fabricantes están desarrollando también filtros de partículas.
Este filtro purifica el aire al mismo tiempo que aumenta la autonomía de los coches eléctricos
A su vez, algunos de estos vehículos llevan integrados filtros de aceite. Estos permiten una mejora y optimización del sistema refrigeración y lubricación del eje eléctrico de los vehículos eléctricos. Sin embargo, la mayoría de coches eléctricos funcionan solo con dos tipos de filtros de aire: el filtro de aire de cabina y el filtro del motor.
Filtros de aire
La función principal de los filtros de aire es evitar que entren en el habitáculo del vehículo partículas de polvo, polen, suciedad y otros contaminantes presentes en el aire. De esta manera se mejora la calidad del aire que respiran los ocupantes del vehículo y ayuda a proteger los componentes internos del mismo.
El filtro de aire de cabina es el más común, encontrándose en todos los coches eléctricos. Su función es filtrar el aire que entra en el habitáculo a través de la ventilación. El otro tipo de filtro que se utiliza es el filtro de aire del motor, aunque no está integrado en todos los vehículos, principalmente se encuentra en los que tienen motores refrigerados por aire. Este se encarga de proteger al motor del polvo y la suciedad, mejorando su rendimiento y alargando su vida útil.
¿Cada cuánto cambiar los filtros?
Los plazos en los que debes cambiar el filtro varía dependiendo de las recomendaciones del fabricante. Aunque, generalmente se recomienda cambiar el filtro de aire de cabina una vez cada dos años, o cuando el coche haya recorrido 30.000 km. Respecto al filtro de aire del motor, no es necesario cambiarlo tan a menudo. Se suele recomendar reemplazarlo cada 6 años o al cumplir los 90.000 km.
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Carlos González es un estudiante de último curso del Grado en Periodismo de la Univerisidad Complutense de Madrid. Colabora como redactor para Energynews.es, movilidadelectrica.es y hidrogeno-verde.es