La propuesta de prohibición de circulación de coches de combustión en España en 2050 está generando controversia y debate en Bruselas. El todavía borrador de proyecto de Ley de Cambio Climático, en el cual está concretado el plan, no ha tenido una gran aceptación en el Grupo Popular en el Parlamento Europeo, mientras que el Grupo Socialista Europeo si ve con buenos ojos la iniciativa.
En un encuentro con medios celebrado en Bruselas el pasado lunes y en el que estuvo presente movilidadelectrica.com, la eurodiputada Pilar Ayuso (Grupo Popular) se mostró contraria a poner una fecha de caducidad a los coches de combustión, reconociendo, sin embargo, que “el coche eléctrico es el futuro y la transición a él llegará por sí sola”.
La eurodiputada se mostró escéptica con la localización en China de gran parte de la actividad industrial del sector, especialmente el de las baterías y transmitió su preocupación acerca de que se subvencione su compra en España, mientras que su fabricación tenga lugar en un país con altos niveles de contaminación.
Ayuso también se mostró convencida de que llegaremos a un modelo dual de transporte, con predominio del vehículo eléctrico para transporte urbano y motores de propulsión por hidrógeno para el transporte de mercancías terrestre.
Por el contrario, Soledad Cabezón, eurodiputada en el Grupo Socialista Europeo, se mostró a favor de mantener 2040 como la fecha límite para la prohibición de matriculación de nuevos coches de combustión y 2050 para su circulación. La eurodiputada cree que la tecnología de electrificación del vehículo avanza a pasos agigantados y que la fecha 2040 hace posible que la industria y los consumidores se adapten a la nueva normativa. Para Cabezón, es clave “mandar señales claras de que tiene que haber un cambio para cumplir los objetivos” y crear una conciencia social para reafirmar la importancia de la lucha contra el cambio climático, que cree que ya está arraigada en los jóvenes.
Por su parte, Florent Marcellesi, eurodiputado por el Grupo de Los Verdes, mostró su apoyo a la propuesta del Ejecutivo español y se reiteró en el mensaje también emitido por Soledad Cabezón de mandar “señales claras” en cuanto a marcos regulatorios y voluntad política de transición hacia la electrificación de la movilidad. La propuesta de Los Verdes es avanzar hacia un modelo de movilidad compartida, para el cual es necesario, según Marcellesi, “establecer fechas y trabajar codo con codo con la industria, los sindicatos y los consumidores”.
En este contexto, los negociadores del Consejo Europeo y de la Eurocámara han acordado reducir un 37,5% el promedio de emisiones de CO2 en coches nuevos y un 31% en las furgonetas, para 2030. Al comienzo de las negociaciones entre las dos instituciones europeas, los eurodiputados habían sido los más ambiciosos, al defender un descenso del 40% para los coches de combustión, mientras que los Estados miembros fijaban la reducción en un 30%.
Mitigación del impacto medioambiental del transporte aéreo
No solo es necesario implementar medidas para mitigar el impacto de los vehículos terrestres de combustión, también tenemos problemas en el cielo. El transporte aéreo tiene un gran peso en la economía y favorece en gran parte al desarrollo económico. Con un porcentaje de entre el 2% y el 3% del total de emisiones a nivel mundial, el principal desafío de la aviación es la mitigación del impacto medioambiental de su actividad.
Flor Díaz Pulido, Jefa de la Unidad “Política Aérea” en la Dirección General “Movilidad y Transporte” de la Comisión Europea, explica que las emisiones han aumentado en el total del sector pero se han reducido en el individual, debido a que el volumen de vuelos crece a mayor velocidad que el desarrollo de la tecnología de reducción de emisiones. Y es que de 2014 a 2017, el número de desplazamientos aéreos creció un 8%, mientras que en el periodo comprendido entre 2018 y 2040 lo hará en un 43%.
Díaz Pulido explicó que los pilares de la lucha contra el cambio climático en el sector de la aviación son el desarrollo de tecnología, el acuerdo CORSIA (Carbon Offsetting and Reduction Scheme for International Aviation), que entrará en vigor en mayo de 2019; y por último, la producción de biocarburantes sostenibles.
Flor Díaz Pulido afirmó de igual manera que “la aviación es mucho más eficiente que en la década de los 90, pero todavía no es suficiente y debemos seguir trabajando para mejorar en materia de reducción de emisiones”. Fuentes europeas también aseguran que España y Francia ya negocian la obligación de uso de un 2% de biocarburantes para 2025.