El Hyundai Ioniq 6 es una apuesta asequible para plantar cara a modelos premium que le doblan el precio. Entre sus competidores figuran el BMW i4, el Mercedes EQE o el mismísimo Porsche Taycan.
El Ioniq 6 es el segundo miembro de la familia Ioniq de Hyundai. La marca coreana cuenta con una dilatada experiencia en el mercado cero emisiones, pues antes de la llegada de los Ioniq contaba en su gama de productos con uno de los eléctricos más vendidos en España, el Hyundai Kona.
El 6 es, como decimos, el segundo integrante de la saga Ioniq. El primero, el Ioniq 5, es un SUV compacto de estética retrofuturista. Para el Ioniq 6, Hyundai ha preferido apostar por un mercado menos demandado como es el de las berlinas eléctricas.
Hyundai Ioniq 6
El Ioniq 6 es una berlina de corte deportivo. Sus líneas guardan gran semejanza con el concept Prophecy que Hyundai presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra hace cuatro años.
Mide 4,86 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,50 metros de alto. Su diseño es llamativo, no tanto por que su estética sea futurista como la del Ioniq 5 sino por lo marcado de sus formas. El morro afilado y, sobre todo, la zaga (con luneta fuertemente inclinada y alerón con forma de pico de pato) dejan claras sus intenciones deportivas. Además, contribuyen a que consiga de los mejores coeficientes aerodinámicos del mercado, con 0,21 Cx.
De forma opcional (nuestra unidad no lo incluía), el Ioniq 6 puede equipar espejos retrovisores digitales (ya vistos en otros coches eléctricos como el Audi e-tron o el Honda e).
Interior sostenible
En el salpicadero las protagonistas son las dos pantallas, perfectamente integradas en un puesto de conducción que sí recuerda al del Ioniq 5. Cada pantalla tiene un tamaño de 12,3 pulgadas, una es para el cuadro de instrumentos y la otra para el sistema multimedia (que admite actualizaciones remotas).
A la vista y el tacto el interior del Ioniq 6 arroja una sensación de calidad. La marca coreana recurre a materiales sostenibles como cuero sin tratamientos químicos, plásticos reciclados de tipo PET, bioplásticos, fibras recicladas de redes de pesca y tintes obtenidos de aceites vegetales.
No renuncia a los botones físicos que se destinan al sistema de climatización y se ubican bajo las salidas de aire que recorren todo el salpicadero. Hablando de botones… los de los elevalunas están colocados en el túnel central; es un dato sin más, ni bueno, ni malo, pues es fácil acostumbrarse a esta posición.
Dos detalles para cerrar este apartado: la iluminación ambiental cambia de intensidad en función de la velocidad y en el volante, en la posición en la que habitualmente se sitúa el logo de la marca, cuatro puntos de LED cambian de color dependiendo de las funciones.
¿Es el Ioniq 6 tan deportivo como parece?
La versión que hemos probado está equipada con la batería de 77 kWh y tracción trasera (RWD).
Su ficha técnica indica que tiene una potencia total de 168 kW (228 CV), alcanza una velocidad máxima de 185 km/h y necesita 7,4 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. El par motor es de 350 Nm y la autonomía homologada le permite recorrer, en teoría, 614 km con cada recarga.
La gran pregunta es: ¿resulta el Ioniq 6 tan deportivo como parece? Y la respuesta es que no, pero, espera, porque eso no es malo. La conducción de esta berlina eléctrica es ágil. El coche se mueve con agilidad (sobre la báscula no llega a las dos toneladas)
Viajar en la parte trasera es de lo más cómodo. Resulta sorprendente lo amplias que son las plazas detrás. Destaca la amplitud del espacio para las rodillas, aunque los más altos quizá echen en falta algo más de espacio para la cabeza, por la pronunciada caída del techo y porque la ubicación de las baterías hace obliga a elevar la posición de las banquetas.
El consumo, uno de sus puntos fuertes del Ioniq 6
Uno de sus puntos fuertes es el consumo. Pero hablamos del real, no del oficial. Sobre el papel el Ioniq 6 homologa un gasto de 14,3 kWh/100 km. Durante la semana que ha durado esta prueba hemos hecho un uso lo más próximo a la realidad posible, es decir, una conducción normal sin forzar el programa ECO ni el Sport y hemos conseguido cubrir una distancia de 510 km con una recarga, con un consumo de 16,4 kWh/100 km.
Mención aparte merece la potencia de carga, altísima gracias a la arquitectura de 800 voltios que permite conectar el coche a tomas de corriente continua (CC) de 350 kW y así recuperar hasta 100 km de autonomía en menos de 5 minutos.
En conclusión
El Hyundai Ioniq 6 no es tan deportivo como parece pero, insisto, eso no es malo. Tiene un comportamiento ágil y dinámico y una respuesta excelente ante cualquier situación, eso unido a la buena habitabilidad, el tamaño del maletero y la velocidad de carga hacen que esta berlina sea un compañero de viaje de lo más recomendable.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe