¿Qué es mejor, la corriente alterna o la continua? Depende de la aplicación. La red eléctrica funciona en corriente alterna, así como los motores de los coches eléctricos, pero las baterías funcionan con corriente continua. Para hacerlas conversiones hacen falta dos componentes, el cargador y el inversor.
Por un lado, el cargador transforma la corriente alterna en corriente continua para su inyección en las baterías, mientras que el inversor hace lo contrario, convierte la corriente continua de las baterías en corriente alterna para los motores. ¿Por qué no prescindir de ambos elementos, e integrar sus funciones directamente en los módulos de batería?
Es la idea que persigue el proyecto IBIS, de Sistema integrado de baterías inteligentes. En él se acumulan cuatro años de diseño, modelado y simulación por parte de ingenieros e investigadores del CNRS (Centro Nacional para la Investigación Científica), Stellantis y Saft. Desde el año pasado cuentan con un demostrador tecnológico funcional, objeto de numerosas patentes. Estas entidades quieren un cambio de paradigma en los coches eléctricos que sea revolucionario.
En el vídeo podemos entender mejor cómo funciona el IBIS. El paquete de baterías consta de módulos, y estos a su vez constan de celdas. Para que las baterías funcionen en la práctica como acumuladores de corriente alterna, se puede prescindir tanto del inversor como del cargador, eso sí, hay que reemplazar sus funciones.
Ambos elementos desaparecen en el diseño y sus funciones se integran dentro de cada módulo, que además de las celdas tiene una electrónica de menor tamaño que se encarga de dichas conversiones. La intensidad y el voltaje es menor, ya que se divide entre módulos, y estos pueden funcionar de forma totalmente independiente.
La primera ventaja es evidente, se libera espacio en el vehículo. Normalmente tanto el inversor como el cargador están en la parte delantera, en el vano. Los módulos permiten la inyección directa de corriente alterna, eso sí, de menor intensidad y voltaje que la corriente continua de los cargadores ultrarrápidos. Según Stellantis, este diseño es más fiable y proporciona una mayor longevidad al paquete de baterías.
Por otro lado, destacan otras ventajas, como que es una solución más eficiente -aumentaría ligeramente la autonomía– y sería una tecnología asequible para el gran público; esto es, coches eléctricos más económicos. Pero el avance no va solo de coches eléctricos, también servirá para parques estacionarios de baterías que sirven para balancear la red eléctrica: acumulan los excesos de generación y aportan corriente cuando la generación renovable no es suficiente.
En los últimos meses, Stellantis está comunicando su colaboración con muy diversas entidades para acelerar la transición a los coches eléctricos: obtiene contratos de suministro de materias primas y su procesamiento, se alía con fabricantes de baterías e invierte en tecnologías nuevas, o directamente los compra, etc. Se está preparando un cambio a muy gran escala, y lo veremos al terminar la década.
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