Euromaster, la red de talleres, ha publicado datos sobre la necesidad de revisar patinetes y bicicletas eléctricos, como usuarios de la vía. Según señalan, los patinetes eléctricos tienen 14 puntos críticos para revisar, con un coste de hasta 150 euros/año; en cuanto a las bicicletas eléctricas, son hasta 17 los punto y el coste es de unos 180 euros/año.
Los patinetes y bicicletas eléctricos son ya una constante en los entornos urbanos. Ya suponen unos 9 millones de usuarios habituales en nuestro país. Sin embargo, al igual que los coches o las motos, requieren de un mantenimiento preventivo para evitar averías siempre costosas. Asimismo, para proteger a otros usuarios de la vía y a los peatones.
La puesta a punto en un patinete eléctrico ronda de los 40 a los 150 euros. Para la bicicleta eléctrica, de los 50 a los 180 euros, según Euromaster. La compañía acaba de abrir su primer taller en Sevilla con servicio a la nueva movilidad.
De esta manera, Euromaster se alinea con la nueva reglamentación que afecta a los nuevos medios de transporte urbanos, especialmente el patinete. La DGT publicó el pasado enero el nuevo Manual de características técnicas. Establece los criterios de calidad de los patinetes con el objetivo de garantizar la seguridad vial y la protección de los ciudadanos. Tal y como hemos comentado ya, entrará en vigor en enero 2024 para todos los nuevos y en 2027 para el resto ya en circulación.
Puntos críticos de patinetes y bicicletas eléctricas
Para fomentar la cultura del mantenimiento, tal y como ocurre con los vehículos, Euromaster ha identificado los puntos críticos de patinetes y bicicletas eléctricos. Asimismo, ha indicado las operaciones que deben hacerse y es necesario conocer.
Con respecto al patinete, señalan, cobra especial importancia el estado de la batería para que pueda circular. Hay que tener en cuenta que se trata de un elemento que sufre especialmente con los cambios de temperatura, ya sea bajas o altas temperaturas.
Otro elemento es el neumático. Los patinetes tienden a sufrir pinchazos en la vía pública ante los baches y demás deformaciones del pavimento. Es uno de los elementos más vulnerables y que más dolores de cabeza da a sus propietarios.
Asimismo, el estado de los frenos, de la iluminación y de los sensores de aceleración son claves para la seguridad vial. Según la DGT, en 2020, hubo con los llamados VMP más de un millar de heridos no hospitalizados, 97 hospitalizados y 8 fallecidos. Y prácticamente el 100% ocurrió en el entorno urbano.
Las bicicletas
La bicicleta es otro de los vehículos que se han extendido por las zonas urbanas. Además, se ha sumado a la tendencia de la electrificación para que el usuario pueda valerse de un pequeño motor.
La bici eléctrica es más compleja que la clásica. Además de neumáticos o frenos, el usuario debe cuidar la batería y el software, que también sufren con los cambios de temperatura. Sobre todo, cuando están más expuestos a los elementos y la intemperie que otros vehículos como el coche.
Iluminación, frenado o suspensiones son algunos de los elementos a revisar en la “bici”. Recordemos que este vehículo cuenta con una mayor siniestralidad que el patinete: 21 fallecidos y más de 4.000 heridos, con casi 400 de ellos que requirieron hospitalización.
Según Francis Ferreira, director general de Euromaster para España y Portugal:
“La manera en la que nos movemos está cambiando. Si antes la gran mayoría escogía el coche para sus desplazamientos, ahora nos encontramos en un momento de plena ebullición de opciones de movilidad, especialmente en zonas urbanas. Desde bicicletas a motos eléctricas, pasando por el patinete, de repente la movilidad se ha convertido en un ecosistema y afecta al taller. La pregunta es: ¿debe el taller seguir centrándose sólo en coches o abrimos la mano para adaptarnos a los cambios en la movilidad y dar servicio a estas nuevas fórmulas y a sus usuarios?”.