Tras convivir durante una semana con un Audi A6 Avant TFSIe son muy pocos los argumentos que se me ocurren en su contra. Muchos, a su favor: espacio, potencia, comportamiento, consumo… De hecho, si ahora mismo me plantease la compra de un híbrido enchufable para viajar en familia esta sería una de mis primeras opciones
En un momento en que los Sport Utility Vehicle (SUV) copan las listas de ventas, apetece salir del camino marcado y ponerse al volante de otros segmentos que no copan tantos titulares pero ofrecen muy buenos momentos al volante.
En parte por eso le tenía especiales ganas a la versión con etiqueta cero emisiones del Audi A4 Avant, un coche con un extra de espacio que en versión de combustión obtiene muy buenos resultados y que, a priori, debería mantener las mismas buenas calificaciones en versión híbrida enchufable.
Audi A6 Avant TFSIe
La unidad que me ha acompañado durante una semana ha sido un bonito Audi A6 con carrocería break.
Sí, siempre digo que lo de la estética es subjetivo pero este Audi es uno de esos coches que llaman la atención (giracuellos, los llaman) y más con un color como el que me ha tocado que acentúa su lado deportivo rematado con las pinzas de freno en rojo, las llantas de 20 pulgadas, los faros Matrix LED y las lunas tintadas.
Bajo su capó trabajan a la par (o no) un motor de gasolina de cuatro cilindros y 265 CV y otro eléctrico de 105 kW que se alimenta de una batería de 17,9 kWh brutos de capacidad. El resultado de la combinación es una mecánica de 367 CV más que suficientes para cualquier desplazamiento.
Hay que destacar que la batería puede recuperar toda su energía en un punto de recarga de 7,4 kW en solo 2,5 horas, lo que permite duplicar el rango en un día aprovechando la jornada de trabajo o un rato de compras u ocio.
¡En marcha!
Por defecto y siempre y cuando la batería tenga carga el coche arranca en modo eléctrico. Basta con pulsar el botón colocado en la parte inferior de la segunda pantalla para cambiar y activar el modo híbrido, volver al eléctrico (que, entre otros parámetros limita la velocidad máxima a 130 km/h) o seleccionar alguno de los otros modos de conducción (hold para mantenimiento de la carga de la batería y recharge para recuperar energía durante la marcha).
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En marcha no hay pegas para este coche. Es muy dinámico, responde de manera ágil y dócil a todo lo que el conductor le pide, tanto que uno casi se olvida que lleva entre manos casi cinco metros de largo y tres de distancia entre ejes. Contribuye a esto un excelente reparto de pesos, un centro de gravedad muy bajo y la tracción total quattro de Audi, gracias a la cual las respuestas del coche son previsibles sin que sea esto último un punto en contra, sino todo lo contrario.
Conductor y pasajeros ven pasar hitos kilométricos sin que el viaje resulte pesado. La insonorización del habitáculo es muy buena, lo mismo que el espacio en las plazas traseras (algo menos en la central).
Con etiqueta cero emisiones
Por dimensiones, tamaño y prestaciones es inneganle que este Audi A6 Avant TFSIe tiene en largos recorridos su principal razón de ser. Pero eso no significa que no tenga cabida en la gran ciudad.
Habrá que dejar pasar algún hueco demasiado pequeño para estacionar sus cinco metros de largo, además de que cuenta con un radio de giro algo limitado que dificulta el estacionamiento y giro en calles demasiado estrechas. Pero cuenta su lado eléctrico, con una autonomía homologada de casi 70 km, le concede la etiqueta cero emisiones que le da acceso sin restricciones a cualquier punto, incluidos aquellos que cuentan con restricciones medioambientales.
Hablando de autonomía… La oficial es de 64 km, de lo mejor de su segmento, y aunque no son cien por cien reales hay que decir que sin cuidar en exceso la conducción en nuestra prueba hemos llegado a los 55 km sin emisiones, suficiente para cubrir el día a día de buena parte de sus potenciales clientes.
En modo híbrido el consumo es también razonable (nuestro consumo ha sido de 4,7 l/1200 km) y es cuando circula solo con gasolina cuando el gasto se eleva un poco más de la cuenta hasta casi duplicar la cifra anterior (no hay que olvidar en este punto el tamaño del coche).
La peor parte llega en la factura. Parafraseando lo que ya dije en la prueba del Q4 Sportback e-tron, este Audi vale lo que cuesta pero para conducirlo hay que contar con un presupuesto de casi 90.000 euros (incluidos los casi 5.000 euros que cuesta la pintura y las llantas de 20 pulgadas con cinco radios dobles que suman 1.120 euros).
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Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe