2024 está siendo un año de idas y venidas para el fabricantes estadounidense de coches eléctricos Fisker. Tras declararse en bancarrota, la compañía ha puesto en marcha descuentos espectaculares con el objetivo de conseguir liquidez y cubrir la deuda contraída. La compañía produjo cerca de 10.000 vehículos en 2023, un 25% menos de lo proyectado, y solo consiguó vender 4.700 unidades.
Durante el pasado mes de marzo, Fisker anunciaba un acuerdo de financiación por valor de 150 millones de dólares con un inversor, en un trato supeditado a un gran fabricante que no fue identificado. El acuerdo no llegó a materializarse y la compañía comenzó a prescindir de gran parte de su plantilla de empleados para continuar deteniendo la producción de vehículos y, en última instancia, declararse en bancarrota.
Es en este momento cuando Fisker anunciaba que se acogería al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, alegando que, al igual que otros fabricantes nacionales de vehículos eléctricos, ha sufrido el impacto de obstáculos de mercado y macroeconómicos que han afectado de forma negativa a su actividad.
Fisker también comunicaba su intención de vender sus activos, por valor de entre 500 y 1.000 millones de dólares, para cubrir una deuda contraída que podría ascender hasta los 500 millones de dólares.
El Ocean, a 20.000 dólares para los empleados
En un nuevo intento por cubrir su deuda y evitar el proceso de bancarrota, Fisker anunciaba a principios de junio que sus empleados podrían comprar el Ocean, el único coche que la compañía vente, a un precio de 20.000 dólares (unos 18.500 euros) independientemente del acabado elegido. Estos son los precios originales de la gama:
- Ocean Sport: 39.200 euros
- Ultra: 57.200 euros
- Extreme: 62.000 euros
La oferta se comunicó a los empleados mediante un mail informativo con todos los detalles, entre los que no figuraban todos los relativos a las coberturas de garantía. Tampoco se incluía información sobre si estarían disponibles los servicios de postventa y las actualizaciones en caso de que la compañía desapareciera.
La última bala de Fisker
El último capítulo del culebrón de Fisker llega con la noticia de que el fabricante ha pedido al juez encargado de la supervisión de quiebra una autorización para poder vender más de 3.000 unidades del Ocean a una empresa de alquiler estadounidense.
Lo realmente llamativo es que Fisker está dispuesto a rebajar en un 200% el precio de los vehículos. En concreto, bajaría desde cerca de 65.000 euros iniciales hasta 12.900 euros. El acuerdo, que se firmaría con American Lease, podría suponer un ingreso cercano a los 43 millones de euros para Fisker.
La oferta llegaba a finales de mayo, antes de que Fisker solicitara acogerse al capítulo 11 de la Ley de Quiebras, y contemplaba la adquisición de 2.100 unidades del Ocean. Sin embargo, finalmente, American Lease ha mostrado interés para los 3.321 Ocean que Fisker tiene actualmente disponibles.
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¿200% de rebaja? Really?