Conocimos hace unos días que ATUC (Asociación de Empresas Gestoras de Transportes Colectivos Urbanos) había modificado sus estatutos para integrar al carsharing y a la bicicleta compartida como transporte público. También tuvimos acceso al informe “Descifrando al No Viajero”, realizado por ATUC y el IDAE.
Los resultados sobre lo que opinan usuarios y no usuarios de transporte público nos llamaron la atención. También quisimos conocer, de primera mano, lo que ATUC defiende para conseguir una movilidad más sostenible. Aquí están las respuestas de Jesús Herrero, secretario general de la asociación.
-¿Por qué la consideración de transporte público para bicicletas compartidas y carsharing?
-En ATUC no obviamos que hay nuevas fórmulas de movilidad sostenible y hemos modificado nuestros estatutos para elevar el carsharing y las bicicletas compartidas a la categoría de transporte público y, con ello, aunar todas las modalidades posibles en áreas urbanas y metropolitanas.
-¿Qué beneficios puede tener para el usuario?
-La integración es el gran beneficio. Gracias a esta mayor coordinación y a la posibilidad de combinar perfectamente unos sistemas y otros, se disminuirán los tiempos de desplazamiento en el interior de las ciudades, por lo que los usuarios podrán llegar antes a sus destinos.
Esa integración, a fin de cuentas, contribuirá a lograr un cambio modal por el que cada vez más gente se decida a aparcar sus vehículos y a subirse al transporte público, reduciéndose drásticamente los niveles de contaminación y logrando ciudades más habitables.
-Para ATUC, ¿qué puede suponer en la práctica?
-Crear un ecosistema de movilidad sostenible y defender mejor los intereses de un sector imprescindible para las ciudades y su futuro. La unión hace la fuerza y los sistemas de transporte público -tanto urbano como metropolitano- deben formar un frente común para ser tenidos en cuenta por las administraciones a la hora de legislar y evitar lo que ocurrió con el anteproyecto de Ley de Cambio Climático o la constitución de la Mesa de la Movilidad, donde se nos pasó por alto. Asimismo, a mayor integración, mejor coordinación, servicio y, por ende, percepción de los usuarios.
El reto es facilitar al máximo la intermodalidad a los usuarios, hacerles sencillo el uso de varios modos de transporte para sus desplazamientos. Algo que podemos conseguir con diferentes grados de integración, incluyendo el modelo de la Movilidad como Servicio (MaaS, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es ofrecer soluciones de movilidad personalizadas basadas en las necesidades particulares de cada usuario. En definitiva, un servicio más como quien contrata sus comunicaciones, aunando en un servicio su móvil, Internet, la televisión, etc.
-¿Qué es el informe “Descifrando al No Viajero”?
-Un estudio que elaboramos junto al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y que pretende ser un punto de partida para que los gestores del transporte urbano y las administraciones públicas unan fuerzas para lograr una movilidad más sostenible y una sociedad menos dependiente energéticamente. Para ello debíamos conocer a aquellas personas que no utilizan el transporte público. Quiénes son, qué motivos esgrimen y si es posible hacerles cambiar de idea. Es una oportunidad para que los operadores y las administraciones sepan qué medidas deben implementar para garantizar un mejor servicio, y hacer que más personas utilicen el transporte público. Su principal conclusión es que más de tres millones de españoles podrían empezar a usarlo si se hacen los cambios pertinentes, que suelen estar asociados a frecuencia de paso y velocidad comercial.
Su principal conclusión es que más de tres millones de españoles podrían empezar a usar el transporte público si se hacen los cambios pertinentes, que suelen estar asociados a frecuencia de paso y velocidad comercial.
-¿Por qué hay tantos usuarios que creen que el trasporte público no responde a sus necesidades de movilidad?
-En realidad, más de la mitad de los que no usan el transporte público piensan que éste funciona bien o muy bien, aunque es verdad que dos de cada tres no usuarios afirman que el transporte público no resuelve, al menos como ellos requieren, sus necesidades de movilidad. Por eso hay que seguir invirtiendo en integración de los distintos medios de transporte, en mejoras de servicio y en buscar soluciones innovadoras como el transporte a la demanda. Tenemos un sistema de transporte público maduro y bien implantado, pero en absoluto está todo hecho.
-¿Es mejor o peor nuestro transporte público que el de otros países?
El transporte público en España no tiene nada que envidiar a los sistemas de los países del entorno, incluso los supera en calidad. Pero es verdad que la aportación por parte del Estado a la financiación del transporte público urbano y metropolitano se ha mantenido prácticamente intacta en los últimos siete años —51 millones de euros para las ciudades de más de 50.000 habitantes, además de unos 295 millones para los contratos programa de Madrid, Barcelona, València y Canarias— tras producirse un recorte del 27% en plena crisis. Esta cantidad supone apenas el 6% del coste total del sistema, el cual se sitúa en torno a los 5.500 millones de euros anuales. De ahí la urgencia de retomar los niveles de financiación previos a la crisis si queremos que el transporte público sea la alternativa número uno a la hora de desplazarse.
-¿Hay un problema de desconocimiento entre quienes no utilizan el transporte público con frecuencia?
-No lo creo. Una de las conclusiones del informe es que una de cada cuatro personas que no usan el transporte público admite tener un amplio conocimiento del sistema de su ciudad, mientras que un 60% dice que se hace una idea de cómo es. Es más, la mitad tiene algún billete o bono en su posesión. Hay conocimiento, pero hay que fomentar un cambio de mentalidad en la movilidad hacia formas más sostenibles. Sirva como ejemplo que, en el mismo estudio, el 81% de las personas no usuarias afirma que el transporte público es la mejor solución para los problemas de cogestión y contaminación de las ciudades. Sin embargo, apenas la mitad, aceptaría eliminar plazas de aparcamiento para implantar carriles bus.
-¿Cómo se podría hacer más atractivo el transporte público?
-El aumento de usuarios pasa, sobre todo, por reducir los tiempos de espera e incrementar las frecuencias de paso. A esto contribuiría la implantación de plataformas reservadas al transporte público, incluidas en las grandes vías de acceso a las ciudades, entre otras medidas. Pero para conseguirlo es necesaria una mejora de la financiación y de la inversión. De hecho, el principal objetivo del sector es el de aprobar una ley de financiación del transporte público, una herramienta fundamental que equipararía a España con el resto de los países de la Unión Europea.
Muchas gracias por las respuestas y por compartir conocimientos con nosotros. Deseamos a ATUC un gran futuro y que su éxito nos ayude a todos a conseguir una movilidad sostenible, a vivir en un mundo mejor.