En los últimos meses las noticias sobre inversiones chinas en los países del Sudeste Asiático se han hecho cada vez más comunes. El día que no se habla de una inversión en una fábrica de vehículos eléctricos en Tailandia, se menciona una de baterías en Vietnam, o en Indonesia, un nuevo acuerdo de una marca para fabricar vehículos en Malasia, etc.
De hecho, desde julio de este año, los fabricantes chinos de VE han dedicado una inversión de 1.440 millones de dólares a establecer plantas de producción en Tailandia. Energy Absolute, el principal operador tailandés de energías renovables, está construyendo una nueva fábrica de baterías para VE con tecnología e inversión china. El 9 de agosto se anunció el establecimiento de una fábrica de Hozon en Indonesia, sólo unos días después de que Vinfast, uno de los principales productores de automóviles de Vietnam, anunciara el inicio de la construcción de una fábrica de VE en USA. Cuando se ven todos estos datos con una cierta perspectiva y se evalúan en el complejo sistema geopolítico actual, todo tiene un sentido muy claro: los países del Sudeste Asiático van a ser claves para la globalización del vehículo eléctrico chino, es decir para la globalización del vehículo eléctrico.
El poder del Sudeste Asiático
Los países del Sudeste Asiático, bajo el paraguas de la ASEAN (Association of South-East Asian Nations) son por orden del tamaño de su economía Indonesia, Tailandia, Singapur, Vietnam, Malasia, Filipinas, Myanmar, Camboya, Brunei y Laos. Juntos, con un PIB cercano a los 4 mil millones de dólares, constituyen la quinta economía del mundo, detrás de Alemania. Estos países están cada vez más integrados política y económicamente a través de la ASEAN. Sus economías están con un desarrollo variable, con una renta per cápita que se podría semejar a las variaciones regionales de China, pues va de los 90.000 $ de Singapur, a los 13.000 de Malasia, los 8.000 de Tailandia, 5.000 de Indonesia o 4.500 de Vietnam.
Estos países, casi ignorados por los empresarios europeos, ya cuentan con una potente industria automovilística. Según el informe sectorial de Basque Trade and Investment, en el año 2020, Tailandia, con 15 factorías y una producción de 2,17 millones de vehículos era ya el undécimo productor mundial (otras estadísticas le colocan en décima posición). Indonesia, con una producción de 1 millón de vehículos en 2020 es el 17º productor. Muy por detrás quedan Malasia, con 560.000 vehículos, Vietnam con 300.000, y Filipinas con 80.000. Globalmente serían el quinto productor mundial, sólo por detrás de China, EE.UU., Japón e India.
Por otra parte, ocupando el extremo Sur oriental del continente asiático, situados entre los dos gigantes económicos, culturales, demográficos y sociales de China y la India, tienen unas características culturales que mantienen unidos a ambos países. Además, cuentan por regla general con importantes colonias chinas, generalmente el motor importante en su desarrollo económico. Así, los chinos constituyen el 75% de la población de Singapur, el 23% de la de Malasia, el 14% de la de Tailandia, y el 1% de la de Indonesia. Eso no impide que la mayoría de estos países tengan una relación especialmente amistosa con los Estados Unidos, que los está utilizando para intentar contener la expansión económica y militar China más allá de sus fronteras. Una encuesta reciente asegura que EE.UU. va por delante de China en softpower y popularidad en estos países, y recientemente se ha anunciado la visita del presidente estadounidense Joe Biden a Vietnam y otros países de la zona. Y para completar aún un poco más el panorama geopolítico, varios de estos países mantienen un contencioso abierto con China por la posesión de los aguas territoriales en el Mar del Sur de China, la mayor parte de las cuales China reclama para sí misma, ocupando lo que países como Vietnam, Filipinas, Indonesia o Malasia consideran parte de sus aguas territoriales.
El interés de China en la región
La influencia del vehículo eléctrico chino en estos países abarca tres campos. Uno es el establecimiento de relaciones comerciales para convertir a los casi 700 millones de habitantes de los países de la ASEAN en compradores de vehículos chinos. Dos, en la explotación y transformación de los recursos minerales presentes en estos países, necesarios para el desarrollo de la movilidad eléctrica, siendo de destacar en ese aspecto que Indonesia cuenta las mayores reservas mundiales de níquel, elemento necesario para las baterías de Ion Litio. Y tercero, su conversión de una plataforma global para la comercialización y producción de los vehículos eléctricos chinos. Este tercer aspecto de la relación entre las empresas chinas de VE y estos países es la más reciente pero a la vez la que se está avanzando más rápidamente, siendo el resultado de unas relaciones económicas entre China y Estados Unidos y Europa cada vez más complicadas, en las que las posibilidades de poder conseguir determinados materiales, o encontrar barreras a determinados productos, se hacen cada vez mayores.
Está claro que en los próximos años vamos a asistir al desarrollo de plantas de ME en estos países. No solo están destinadas a surtir a su gran población que tampoco es nada desdeñable, casi la misma que la de la Unión Europea, si no también se van a convertir en la clave del predominio futuro de las marcas chinas de VE en el panorama internacional. Es un momento histórico que invitamos a los lectores a ir siguiendo desde nuestros reportajes.
Escenario clave para la movilidad eléctrica
Un papel clave en esta revolución del VE lo puede jugar Indonesia. Según informa la Voice of América, el presidente Widodo se reunió este agosto en Chengdu con empresarios chinos, donde aseguró su deseo de situar a su país como un centro mundial de producción de VE, alcanzando una producción de un total de más de 2,4 millones de vehículos, incluidos coches y motos, para 2035. Esto comenzaría con la minería de níquel e incluiría la fabricación de baterías y vehículos. Para atraer las inversiones, el gobierno quiere poner en juego que Indonesia posee las mayores reservas de níquel del mundo, estimadas en 21 millones de toneladas, lo que representa aproximadamente el 22% de las reservas mundiales conocidas.
En solo tres años, Indonesia ha firmado varios acuerdos por valor de más de 15.000 millones de dólares para producción de baterías y VE, con fabricantes como los surcoreanos LG y Hyundai, y el taiwanés Foxconn. Hyundai abrió la primera planta de montaje de coches eléctricos en Indonesia en marzo de 2022, en Cikarang, cerca de Yakarta, con una capacidad anual de 250.000 vehículos. En la misma ciudad se ha establecido una joint venture entre la indonesia DFSK y la china Wuling Motors. Y el 9 de agosto China Daily anunciaba que Hozon producirá vehículos eléctricos en Indonesia en 2024.
Vietnam, por su parte, ha visto cómo la penetración de los vehículos eléctricos de dos ruedas se disparaba del 1,5% al 9,7%. Y como ya hemos mencionado, Vinfast, incluso sin tener su primera planta de VE operativa en Vietnam, que se prevé que inicie la producción en 2025, ya ha realizado una gran inversión para una planta en EEUU. Este rápido crecimiento se ha visto impulsado por políticas gubernamentales favorables, una mayor concienciación de los consumidores sobre la sostenibilidad medioambiental.
Mordor Intelligence informa que en 2020, el gobierno de Tailandia anunció una nueva hoja de ruta para promover los VE, con un objetivo agresivo de fabricar alrededor de 250 000 VE para 2025. En febrero de 2022 se aprobaron incentivos para promover el cambio a los vehículos eléctricos, con la generalización de su uso mediante exenciones fiscales y subvenciones a los vehículos eléctricos importados. Y Reporte Asia asegura el gobierno se ha puesto como objetivo producir 1,2 millones de VE para 2036, y contar 690 estaciones de carga en funcionamiento en todo el país.
Como vemos, este grupo de países, casi ignorado habitualmente por la prensa generalista, está adoptando un compromiso claro con la producción de VE. Su importante posición geoestratégica los puede convertir en los árbitros de esa lucha comercial que vamos a contemplar por el liderazgo mundial de la movilidad eléctrica.
Desde China, Pedro Ceinos.
Imagen: DepositPhotos.
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