La ciudad de Hangzhou, al este de China, se está haciendo conocida en los últimos días por el hallazgo en sus afueras de un cementerio de coches eléctricos en el que se pueden contar miles de unidades de vehículos.
El creador de contenido Serpentza muestra en un vídeo colgado en YouTube que ya cuenta con casi 3 millones de visitas la gran superficie ocupada por vehículos eléctricos, muchos de ellos prácticamente nuevos y rotulados con los nombres de empresas de coches compartidos.
En concreto, gran parte de los coches eléctricos abandonados pertenecen a Microcity, una compañía de carsharing que adqurió los vehículos a Kandi EV, una joint venture entre Geely y Kandi Group. Pero, ¿por qué han acabado abandonados todos estos coches?
El cementerio de coches eléctricos en China
El youtuber Serpentza explica en su vídeo que al ser preguntada, la empresa aseguró que todos los coches estaban disponibles para su uso. Sin embargo, al intentar acceder a los vehículos mediante la aplicación de la compañía se hizo evidente que ninguno de ellos estaba disponible.
Además, algunos residentes en zonas aledañas al cementerio de coches eléctricos han asegurado que la compañía les ha remunerado con sumas cercanas a los 5.000 dólares anuales por disponer del espacio.
La burbuja del coche eléctrico comienza a explotar
Microcity es una de las muchas empresas de coches eléctricos compartidos que han surgido en China en la última década. Estas empresas, muy exitosas en sus comienzos, publicitan su intención de fomentar la economía colaborativa, aunque su negocio se incline más hacia los servicios de alquiler en detrimento del intercambio.
La puesta en marcha de esta compañía prosperó notablemente gracias al apoyo del Gobierno de Hangzhou, que concedió espacios de estacionamiento, y significativas sumas económicas para la puesta en marcha de la actividad y la construcción de infraestructura e instalaciones de carga.
Así, para finales de 2016, Microcity había acumulado una impresionante flota de cerca de 11.000 vehículos, posicionándose estratégicamente dentro de Hangzhou y expandiendo sus servicios a ciudades cercanas con gran oferta turística.
El auge de las empresas como Microcity en la última década tiene que ver, por supuesto, con la gran apuesta estatal por el vehículo eléctrico, que ha dado lugar a medidas como la devolución de impuestos gubernamentales y las ayudas económicas a los fabricantes de vehículos de nueva energía, como son conocidos en el país.
Por lo que parece, el cementerio de coches eléctricos de Hangzhou es una de las huellas visibles del comienzo de la explosión de la burbuja del coche eléctrico en China. Las consecuencias son flotas de vehículos abandonadas por empresas que obtuvieron apoyo económico del Estado chino para finalmente no dar servicio.
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