Aunque sus nombres sean desconocidos para muchos, estas cuatro mujeres inventaron algunos elementos sin los que los coches no serían lo que son. Aquí va nuestro homenaje.
June McCarroll (1867-1954)
Médica de profesión, un día de 1917 June McCarroll conducía hasta su oficina en California cuando un camión la sacó de la carretera. Fue entonces cuando intuyó que una línea divisoria en la calzada hubiese evitado el accidente.
Comunicó su idea a las autoridades locales pero éstas se negaron a llevarla a cabo, asi que pintó con sus propias manos la línea de separación en un tramo de carretera e impulsó, junto a asociaciones de mujeres, una campaña para extender esta medida.
En 1924 las autoridades californianas convirtieron la idea en ley y pintaron la línea de separación en 5.600 kms de carretera. Hoy, este sistema es obligatorio en casi todo el planeta.
Casi un siglo después, el invento de June McCarroll ha salvado decenas de miles de vidas y ha servido para dar forma a algunas de las tecnologías de seguridad activa como el lane assist que avisa en caso de salidas involuntarias gracias una cámara ubicada en la zona del retrovisor que detecta las líneas del carril y la posición del vehículo.
Mary Anderson, (1866-1953)
Invierno de 1902. Nueva York. Llueve con fuerza sobre la Gran Manzana. La ranchera y viticultora de Alabama Mary Anderson visita la ciudad con sus hijas, y durante el trayecto en taxi, se da cuenta de que el conductor tiene que parar constantemente para retirar el agua, el hielo y la suciedad que se acumulan en los cristales. Es entonces cuando Mary Anderson imagina el primer limpiaparabrisas.
De vuelta a Alabama, Mary trabaja con un diseñador para inventar un dispositivo que se utilizaba de forma manual desde dentro del vehículo. Anderson llegó a patentar su innovación, pero no encontró comprador. Después de que expiraran sus derechos, el limpiaparabrisas se comenzó a instalar de serie en la mayoría de modelos.
Florence Lawrence, (1886-1938)
La lápida de Florence Lawrence la recnoce como ‘The first movie star’. Fue una de las actrices de Hollywood más reconocida de los inicios de siglo XX, con casi 300 películas como protagonista. Pero Lawrence tenía otras aficiones más allá del cine. Y una destacaba por encima de las demás: el motor.
Florence Lawrence coleccionaba modelos de todo tipo; también los reparaba y los mejoraba. Su capacidad creativa la llevó a diseñar un artilugio en forma de palo que se movía para indicar si el vehículo iba a girar, además de una señal de STOP la cual se veía en la parte trasera cuando el conductor accionaba el freno. Florence había inventado los intermitentes y la luz de freno.
Aunque nunca patentó estos sistemas, su aportación fue decisiva para el futuro de la industria.
Dorothy Levitt, (1882-1922)
Periodista, escritora, activista de la causa de las mujeres y piloto de cualquier artilugio que pudiese alcanzar altas velocidades, ya fuese en agua o en tierra.
La británica Dorothy Levitt hizo historia al establecer diversos récords de velocidad, como el que consiguió en 1905 al llevar a su bólido hasta los 146 km/h. Sus dotes como conductora la llevaron a impartir clases de conducción a la Reina Alejandra de Dinamarca y a escribir el libro “La mujer y el coche”.
En esta obra Levitt plantea una innovación clave para la seguridad del automóvil. Recomienda a las mujeres que lleven siempre un pequeño espejo pero no para un uso estético, sino para ver el tráfico detrás del vehículo. Levitt fue clave en el desarrollo del retrovisor, que años después la industria comenzaría a introducir de serie en todos los modelos.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe