La batalla por acaparar el mercado de baterías de coches eléctricos aumenta en la misma proporción que el interés por ellos. Y China está jugando un papel importante, de cara al futuro. Según un informe de Money Week, el país ocupa la primera posición y se afianza controlando los metales claves. La consecuencia para Europa es evidente: ha pasado de depender de Oriente Medio para petróleo a hacerlo de China para baterías.
Diversos factores están impulsando el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos, especialmente en China y Europa. Entre ellos: el endurecimiento de las normas sobre emisiones; las restricciones para los coches de combustión interna; así como los incentivos para el consumidor. Morgan Stanley prevé que el 40% de las ventas de automóviles nuevos a nivel mundial serán vehículos eléctricos para 2030. Eso supone una producción anual de 36 millones de automóviles eléctricos en ocho años, frente a los cuatro millones en 2021.
Actualmente, China es el mayor mercado del mundo para VE. Sus ventas, durante 2020, alcanzaron los 1,3 millones, más del 40% de las ventas globales de ese año. En la misma proporción se está convirtiendo en el ‘actor dominante’ en la producción de baterías. Y eso supone que también sea necesario prestar atención especial a las materias primas para la producción: lito, cobalto, níquel, materias raras, etc.
El problema
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), existe un: “desajuste que amenaza las fuertes ambiciones climáticas del mundo y la disponibilidad de minerales críticos, esenciales para hacer realidad esas ambiciones”.
Según explicaba el científico Davide Castelvecchi en Nature:
“En comparación con los motores actuales, la gran cantidad de metal costoso que se necesita extraer para las baterías de los vehículos eléctricos es asombrosa”.
Las cantidades de materias primas varían mucho según el tipo de batería y de vehículo. Además, la confianza en los avances tecnológicos y de reciclaje podría cambiar el estado actual de la situación. Sin embargo, según recoge Moneey Week de Nacional Argonne (del Departamento de Energía de EE. UU.):
“Actualmente un paquete de baterías de iones de litio para un solo automóvil (del tipo conocido como NMC532) generalmente contiene alrededor de 8 kg de litio; 35 kg de níquel; 20 kg de manganeso; y 14 kg de cobalto”.
Por tanto, a medida que aumente la producción de vehículos eléctricos, también lo hará la competencia por los recursos y el control de las cadenas de suministro. Ya lo estamos viendo en operaciones de compra, por parte de China, de concesiones mineras en diferentes lugares del mundo.
Las necesidades de metal
Cumplir los objetivos de VE establecidos en la COP26 requerirá más de 7 millones de toneladas de litio al año de aquí a 2040. Así lo afirma un estudio de Benchmark Mineral Intelligence, el analista líder del sector.
Eso supone 17 veces más de lo necesitado en 2021. Al respecto, en la misma línea, la IEA estima que: “el crecimiento de los vehículos eléctricos podría hacer que la demanda de litio aumente en más de 40 veces para 2030”.
Desde 1990, cuando aparecieron las primeras pequeñas y portátiles, el precio de las baterías se ha desplomado un 97%. A pesar de que la tecnología tiende a depender menos del cobalto y el níquel, a corto plazo continuará la dependencia. Sin embargo, se espera que los precios sigan descendiendo hasta alcanzar la paridad con los motores de combustión a mediados de esta década.
Pero también hay indicios de que los precios (del litio, por ejemplo) ya están subiendo en previsión de una crisis de oferta. Además, existe una creciente preocupación de que el dominio de China en baterías y metales haya dejado a Occidente vulnerable y tratando de ponerse al día.
Estrategia China
Según indica Money Week, la estrategia china es dominar el control de la cadena de suministro global. The New York Times, al respecto, añade: “desde los metales bajo la tierra hasta las baterías mismas, sin importar dónde se fabriquen los vehículos”.
Los gigantes chinos de las baterías, liderados por CATL (que sólo tiene el 30% del mercado mundial de vehículos eléctricos), y BYD han establecido tal dominio que China ahora representa el 85% del mercado mundial de ánodos, cátodos, separadores y electrolitos. Así lo señala la sociedad suiza de servicios financieros UBS.
Esos cuatro componentes representan alrededor del 60% del coste de una celda de batería. Al respecto, afirma Anjani Trivedi en Bloomberg:
“Ese control sobre la cadena global de suministro de baterías, tan temprano en el juego, ha diferenciado a China. Además, permitirá a los fabricantes que operan allí reducir sus costes”.
Al mismo tiempo, China ha trabajado para establecer un dominio sobre las materias primas críticas.
El cobalto, un ejemplo de la estrategia de China
Como ejemplo, el cobalto, que es el material más caro de las baterías de vehículos eléctricos. Al respecto, un Tesla con gran autonomía necesita 5 kg de cobalto, más de 400 veces la cantidad de un smartphone.
Según Darton Commodities, un proveedor especializado de cobalto, las plantas de procesamiento chinas suministran el 85% del cobalto listo para baterías del mundo. Y los fabricantes de automóviles estadounidenses, incluidos Tesla, Ford y General Motors, compran sus componentes de baterías a proveedores que dependen de las minas de cobalto del Congo, de propiedad china.
Además, una investigación de Mike Forsythe para The New York Times, señala que las empresas chinas poseen o financian 15 de las 19 minas productoras de cobalto del Congo, el resultado de años de inversiones respaldadas por el gobierno chino. Añade que las cinco mayores empresas mineras chinas que operan en el Congo han recibido líneas de crédito de bancos chinos respaldados por el estado. Forsythe señala que esas líneas de crédito han sido de, al menos, 124.000 millones de dólares. Mientras, Estados Unidos se alejó del Congo con Obama y Trump y las empresas mineras estadounidenses vendieron activos a los rivales chinos.
El níquel
Algunos fabricantes de vehículos están desarrollando tecnologías para no depender del cobalto en las baterías. Como opción, según explica Pete Pattisson en The Guardian, las baterías de níquel. Sin embargo, añade, las mismas empresas chinas que dominan el cobalto del Congo, están invirtiendo en el níquel de Indonesia, el país con mayores reservas.
REUTERS/Aly Song.Eso significa que China es ahora el mayor productor de níquel del mercado mundial. Asimismo, es, con mucho, el productor y refinador dominante de elementos de tierras raras como el neodimio y el disprosio. Ambos son componentes de la mayoría de los vehículos eléctricos.
Money Week finaliza el informe con unas palabras de Robert Bryce en The Wall Street Journal:
“A menos que Occidente se despierte, pronto reemplazará su antigua dependencia del petróleo de Oriente Medio con una nueva dependencia de China para su transición de energía limpia. Qué pésimo canje”.