Carlos Sainz ha hecho Historia al convertirse en el primer piloto que gana el Dakar con un coche eléctrico. Tras un montón d retos superados, el piloto español solo necesita terminar el último tramo, de 175 km. Lo ha conseguido
Para Carlos Sainz es la cuarta ocasión en la que se corona campeón del Rally Dakar. A sus 61 años, el piloto español anota un nuevo hito en una carrera profesional que ya es más que impresionante: ganar el Dakar al volante de un coche eléctrico.
Para alcanzar una vez más la gloria, Sainz solo necesitaba llegar a la meta, sin importar cuánto tardase, de la última etapa de Rally Dakar 2024. Al conseguirlo, no solo renueva su título como campeón más veterano, sino que se convierte en el primer piloto que gana el Dakar al volante de un coche eléctrico.
El español está haciendo un Dakar impecable. En la penúltima etapa, los problemas sufridos por su principal rival, Sébastien Loeb, le acercaron un poco más a la victoria después de haber sufrido tres pinchazos en su coche.
Sainz conquistó su primer Dakar en 2010 con Volkswagen, desde entonces ha registrado otras tres victorias cada una con un fabricante diferente: en 2018 corrió con Peugeot; en 2020, con Mini; y en 2024 con Audi que nunca hasta ahora había ganado en esta prueba.
El primer coche eléctrico en ganar el Dakar
“El Dakar o lo odias o lo amas, no hay término medio”, ha dicho Carlos Sainz sobre la que es para muchos la prueba automovilística más dura del mundo.
El piloto español ha ganado cuatro Dakar a lo largo de su carrera, el último en 2020. El de 2024 es especial. “Correr el Dakar en coche eléctrico es el proyecto más difícil y ambicioso de mi carrera”, declaró al anunciar su participación. Aún así, asegura que no dudó en aceptarlo: “tener una motivación tan potente a estas alturas de mi carrera viene muy bien”.
Sainz ha corrido el Dakar 2024 al volante de un Audi RS Q e-tron especialmente preparado y con Lucas Cruz en el asiento del copiloto.
El prototipo mide 4,67 metros de largo, 2,3 metros de ancho y casi dos metros de alto. Impresionan también las ruedas que se alzan casi un metro del suelo. La cabina tiene puertas de apertura de alas de gaviota.
Mención aparte merece la mecánica que incluye dos motores eléctricos, uno en cada eje de ruedas, que aportan la tracción 4×4. Estos se combinan con un propulsor de gasolina 2.0 turbo de cuatro cilindros que funciona a modo de generador recargando la batería en marcha.
Una de las claves es que el coche se mueve siempre en modo eléctrico porque la parte de gasolina no está conectada a la ruedas. Mencionar además que esta última se alimenta de combustible sostenible procedente de residuos que reduce las emisiones hasta en un 60% con respecto a las del carburante tradicional.
De alimentar a los motores eléctricos se ocupa una batería instalada en el centro del coche que pesa 370 kilos y tiene 52 kWh de capacidad.
El resultado es una impresionante bestia electrificada que desarrolla 383 CV (el máximo que permite el reglamento), pesa 2.100 kilos y puede llegar a 100 km/h desde parado en apenas 4,5 segundos. La velocidad máxima está autolimitada a 170 km/h.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe