Fuji Pigment Co. Ltd anuncia el desarrollo de un nuevo tipo de batería de aluminio-aire, con una estructura modificada que asegura su vida útil y que se recargaría mediante agua salada, dado que esta operación no se puede realizar conectándola a la red eléctrica.
Las actuales baterías de ión-litio tienen su principal debilidad en la escasa densidad de energía que contienen, que es insuficiente para un uso intensivo de los vehículos eléctricos, incluso a nivel industrial, dentro de los márgenes económicos que exigen el resto de las tecnologías contra las que compite. Las baterías de metal-aire son actualmente una de las tecnologías de almacenamiento que pueden lograr incrementar de forma importante esa densidad de energía. En este enlace podéis ver la implementación real de este tipo de baterías que realizó la empresa Phinergy.
Varios son los metales que se han utilizado en el ánodo de este tipo de baterías: litio, hierro, aluminio, magnesio, zinc, etc. Entre ellos el aluminio, que es un material muy abundante, es uno de los más interesantes. Es, además, seguro y muy económico y el material más reciclado del mundo. La densidad de energía teórica que podría alcanzar una batería de este tipo es de 8.100 Wh/kg, 40 veces más que las baterías actuales que tan solo alcanzan los 200 Wh/kg. Esta capacidad es superada únicamente por las baterías de litio-aire que puede alcanzar los 11.400 Wh/kg.
La alta velocidad de corrosión del aluminio durante el proceso electroquímico que se produce en su interior ha sido el obstáculo más importante para su comercialización. Además, los subproductos tales como Al2O3 y Al(OH)3 se acumulan en los electrodos, lo que dificulta aún más la reacción. El Dr. Ryohei Mori, de Fuji Pigment, indica que se ha modificado la estructura de la batería de aluminio-aire mediante la colocación de materiales cerámicos y carbonosos, en una capa interna, entre electrolito acuoso y los electrodos. Debido a esta estructura modificada, se han suprimido la corrosión del ánodo y la acumulación de subproductos, lo que incrementa la vida de la batería. La autonomía que puede otorgar una batería de este tipo no obliga a la recarga diaria. Al no poderse realzar en la red eléctrica bastaría con rellenar un depósito de agua salada para recuperar la autonomía de nuevo.
La nueva batería es estable en una atmósfera normal, lo que permite su fabricación, manipulación y funcionamiento con total garantía de seguridad. Todos los materiales que la componen, electrodos y electrolitos son seguros y baratos. Con estas condiciones resulta imposible que se produzcan explosiones e incendios, como, por otra parte, podría ocurrir con las actuales baterías de litio.
Fuente: electricvehiclesresearch.com
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.