Los días de frío intenso no son buenos compañeros para los vehículos en general y los eléctricos en particular. En el caso de los enchufables a los peligros de conducir con hielo, nieve, lluvia o niebla (inclemencias meteorológicas propias de la estación invernal) se añade el hecho de que a bajas temperaturas la batería tiene que realizar un esfuerzo extra que se traduce en una merma de los kilómetros que se alcanzan con cada recarga.
Los expertos de la red de recarga Ionity nos dan 7 consejos para que el frío no baje la autonomía o lo haga con moderación.
1. Mima la batería
La batería es el corazón de tu coche eléctrico y funciona mejor a una temperatura determinada: entre 20 y 30° C es lo ideal para que esté a pleno rendimiento.
Es por eso que en días de frío resulta especialmente aconsejable precalentar el coche antes de iniciar la marcha. Los hay incluso que cuentan con la opción “modo invierno”, que asegura que la batería está a una temperatura ideal cuando se vaya a cargar.
2. Planificar una parada adicional
Si la temperatura exterior es baja y ante largas distancias, conviene planificar paradas de carga adicionales con antelación. De este modo, al iniciar la recarga la batería del automóvil estará caliente, lo que ayuda a mejorar el tiempo de carga.
Además, es mejor cargar solo hasta el 80 % ya que del 80 al 100 % puede llevar la misma cantidad de tiempo que hacerlo del 20 al 80 % (en la última franja, la velocidad de carga se reduce).
3. Asientos calefactables
El motor de los coches eléctricos no genera calor, por lo que se necesita más energía para calentarlo. Una buena solución para reducir este gasto extra es encender la calefacción de los asientos y la del volante (si cuentas con esa opción).
Otra opción con la que cuentan muchos enchufables es el precalentamiento: con una app o desde el propio vehículo se puede programar el horario de precalentamiento. Lo ideal es que esta opción de climatización se usa utilice el coche todavía está conectado a la electricidad para no restar carga de la batería.
4. Cuidado con el acelerador
Tanto por eficiencia como por seguridad en invierno no es nada aconsejable ser brusco con el acelerador.
Los manuales de conduccion eficiente y segura señalan que lo adecuado es pisar el pedal de manera muy suave y progresiva, ya que la capacidad o la fuerza que ofrece un coche eléctrico es habitualmente mayor que uno con motor de combustión. Por tanto, conviene reducir la aceleración y la velocidad y evitar maniobras bruscas.
Por otro lado, activar el modo “Eco” será de gran ayuda ya que esta función de ahorro de energía regula el consumo de la calefacción (o del aire acondicionado), también reduce la aceleración y limita la velocidad máxima.
5. Controlar el freno
Muchos coches eléctricos incorporan el llamado freno regenerativo. Un tipo de freno que conviene usar para que la frenada sea más suave y progresiva, y a su vez recupere energía para incrementar la autonomía.
Pero ojo con los coches que tienen un freno regenerativo muy fuerte, ya que pueden generar deslizamientos al ralentizar muy rápido sobre fondos deslizantes como nieve o hielo. Por eso en ese caso puede ser recomendable apagar el freno regenerativo y usar el tradicional pedal de freno.
6. Vigilar los neumáticos
En general, los coches eléctricos suelen llevar neumáticos más estrechos para reducir la fricción y contar con más autonomía. Una condición que, además, ayuda a reducir el contacto con el pavimento y, por tanto, reduce el gasto de energía. Pero, si la carretera está cubierta de nieve o hielo, lo mejor es tener neumáticos de invierno.
Si no los tienes en general, reducir un poco la presión en los neumáticos incrementa la tracción sobre fondos deslizantes como nieve o hielo. (pero al mismo tiempo incrementa su desgaste y el consumo de energía). Consulta a tu concesionario o al fabricante de neumáticos si quieres tener mayor información sobre este tema.
7. Y si te quedas tirado en la carretera…
Lo que te puede pasar con un coche de combustión, también te puede pasar con uno eléctrico: quedarte parado en la ruta, con tiempo adverso durante mucho tiempo. Si no enciendes la calefacción, pronto la temperatura del coche va a descender a temperaturas muy bajas y vas a tener frío. Puedes encender la calefacción, pero la batería se puede gastar (igual que ocurre con el tanque de gasolina).
La recomendación es que te prepares por si la espera es larga, reduciendo desde el primer momento el consumo de energía del vehículo: abrígate con la ropa que tengas, por ejemplo, un abrigo, bufanda, etc. Si es posible, enciende la calefacción de los asientos, ya que es más eficiente que el ventilador. Si no tienes calefacción de asientos, puedes poner ventilación con la temperatura al mínimo (obviamente sin poner el aire acondicionado) y dirigir las bocas de salida no a las ventanas, sino a los pies.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe