Hoy día prácticamente todas las furgonetas camper tienen motor gasolina o diésel, pero hasta eso tiene que cambiar. Por eso, el especialista norteamericano Winnebago está trabajando en una furgoneta camper eléctrica, la Winnebago eRV2, desvelada parcialmente mientas sigue siendo un prototipo.
El vehículo base es una Ford e-Transit de especificación americana, es decir, 2023 Ford e-Transit Cargo Van. Winnebago se ha decantado por la versión de techo más alto y batalla larga, ya que permite una configuración interior con pocas estrecheces. La motorización asociada es de 198 kW/266 CV para las ruedas traseras.
De momento la principal limitación del prototipo Winnebago eRV2 es que la autonomía es muy justita, por lo que tendría hacer una pausa y hacer recarga rápida cada dos horas de conducción. Debido a todo el peso extra que implica la transformación, la autonomía de serie con techo elevado, que es de 173 km, sería inferior.
La carrocería cuenta, además de las puertas delanteras, con una puerta corredera en el lado derecho, así como doble portón trasero. En su interior encontraremos una cocina con nevera, salón-comedor y un práctico dormitorio. Los diseñadores se han afanado en proporcionar no solo confort físico, también mental, creando un ambiente acogedor y relajante.
Además, Winnebago ha apostado por materiales sostenibles, tanto reciclados como biodegradables. Por ejemplo, para el forro del piso se recurre a los tejidos de Chilewich® y los marcos de las ventanas son de Paperstone® (papel reciclado y resina de receta propia). El objetivo es reducir el impacto ambiental todo lo que sea pueda. En cierto modo, la furgoneta puede ser casi autosuficiente en cuanto a energía, aunque sin prisa.
Para ello el Winnebago eRV2 dispone de paneles solares en el techo que proporcionan 900 W conectados tanto a la batería auxiliar para el habitáculo (48 voltios y 15 kWh) como a las baterías de tracción de la furgoneta. Teóricamente, podría recuperar una carga completa en no menos de 75 horas de irradiacion solar, siempre y cuando no se consuma nada en el interior. A efectos prácticos, puede estar una semana acampada sin conexión a la red.
Entre las amenidades a bordo podemos hablar de la climatización e iluminación controlable mediante aplicación móvil. Ni siquiera hace falta estar dentro de la furgoneta para realizar ajustes. También se puede comprobar el estado de diferentes sistemas, como las aguas negras, batería interna, generación de electricidad, etc.
Es mejor no ponerse a echar cuentas, ya que solo el vehículo base, sin añadir extra alguno, está justo por debajo de la barrera de los 60.000 dólares. Por lo tanto, si consideramos todo lo que tiene el prototipo, y que fuese una realidad comercial, difícilmente bajaría de los 80.000 dólares. Todavía hay un margen importante de mejora en autonomía y precio.
De momento se trata de un demostrador tecnológico y no está prevista su comercialización. Tampoco sabemos si acabaría llegando a Europa.