La familia de modelos eléctricos de Volkswagen, ID, recibirá una nueva unidad motriz de desarrollo con la nueva unidad de propulsión trasera APP550. Con esta innovación, los vehículos eléctricos de Volkswagen se beneficiará con mayor potencia y autonomía.
La firma, que anunció la nueva unidad de propulsión la semana pasada, también confirmó que tiene previsto entregar los primeros vehículos con la nueva generación de propulsores en una versión de 210 kW (286 CV) a finales de 2023.
Según informó Volkswagen, la base de diseño del nuevo propulsor sigue siendo la plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB). Karsten Bennwitz, jefe de Sistemas de Transmisión y Energía en Desarrollo, explica:
«Como el espacio disponible sigue siendo el mismo, nos vimos obligados a desarrollar un nuevo propulsor que lograra mejoras significativas en rendimiento y eficiencia. Fue un gran reto para el equipo de Desarrollo Técnico y Componentes del Grupo. El resultado demuestra que hemos sido capaces de reducir el uso de materias primas y, al mismo tiempo, lograr un aumento considerable de la eficiencia del vehículo.»
Aumento de la potencia y el par motor
El nuevo sistema de propulsión ofrece una potencia de 210 kW (286 CV) con un par máximo de unos 550 Nm, dependiendo de la relación de transmisión del vehículo.
Con este aumento del par motor, se produce un desarrollo superior de potencia tanto desde parado como a velocidades más altas. Así, el nuevo propulsor de Volkswagen alcanza su alto par gracias a un estator mejorado con un mayor número efectivo de bobinas y una mayor sección transversal de los hilos.
Por su parte, el rotor, como su homólogo, está equipado con un imán permanente más potente que tiene una mayor capacidad de carga. Además, también se ha reforzado el accionamiento para soportar el considerable par producido.
Suministro de alta corriente por parte del inversor
Según explica Volkswagen, la intensidad de corriente supone un factor decisivo para la potencia de un propulsor eléctrico. Por ello, el inversor ha sido desarrollado para ser capaz de suministrar elevadas corrientes de fase, necesaria para una mayor potencia y eficiencia.
El inversor actúa como el cerebro del control del sistema de propulsión, cuyo software garantiza la eficacia de los procesos del sistema. Esto se aplica, por ejemplo, a las variaciones de frecuencia y a los métodos de modulación para la generación de la corriente alterna para el motor de accionamiento eléctrico. De este modo, el motor puede funcionar de forma más eficiente en función de la fase de carga.
Optimización de la gestión térmica
Otro de los campos en los que Volkswagen ha actuado para aumentar la eficiencia del propulsor es la optimización del sistema de gestión térmica. De este modo, el propulsor dispone de un sistema de refrigeración de bajo consumo que funciona sin bomba de aceite eléctrica.
El sistema es capaz de refrigerarse a sí mismo de forma independiente a través de los engranajes de la caja de cambios y de componentes especialmente diseñados para el suministro y la distribución del aceite. El aceite calentado se enfría mediante el circuito de refrigerante del vehículo, que mantiene la transmisión a la temperatura de funcionamiento óptima. Además, el exterior del estator está equipado con un disipador de calor de agua.
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