Hacemos referencia a los inconvenientes del vehículo eléctrico, con respecto a si es, o no, asequible, y a su problemática red de infraestructuras de carga, pero ¿por qué no hablamos del vehículo de hidrógeno?
Hace pocos días decíamos que AUDI AG y el Grupo Hyundai Motor estaban impulsando el desarrollo de la tecnología de pila de combustible (FCEV) y que ambas compañías planeaban llevar dicha tecnología a la producción en serie a gran escala.
Las ventajas del hidrógeno han hecho pensar, tradicionalmente, que puede llegar a ser una de las grandes alternativas limpias, pero el mercado del vehículo eléctrico parece dar pasos más grandes. Sólo hay que ver las cifras que citábamos hace unos meses: “las ventas en todo el mundo de este tipo de vehículos no alcanzan las 6.500 unidades (desde 2013 a finales de 2017)”, según el Global Market for Hydrogen Fuel Cell Vehicles, 2018. Pero más lacónicas aún son las 6 estaciones en las que se puede repostar hidrógeno en España y que, según estimaciones, pueden llegar a una veintena en el año 2020.
Las ventajas de esta tecnología se basan en la sencillez y rapidez del repostaje, apenas unos minutos, además de en su autonomía, prácticamente como la de un coche convencional, aunque los vehículos eléctricos se van acercando a las cifras. Sin embargo, las desventajas también existen, siendo la infraestructura de carga la primera, así como su precio, de momento muy alto.
Pero es que no termina de extenderse la tecnología. Lo curioso es que marcas como Toyota lleven muchos años trabajando en ella. De hecho, en el mercado está el Mirai, como está el Honda FCX Clarity, el Hyundai ix35 Fuel Cell y, ahora, el Hyundai Nexo.
El vehículo de hidrógeno, aproximación futura
Tal y como van las cosas, los datos apuntan a que, en 2050, el hidrógeno podría abastecer el 18% de la demanda de energía mundial, reduciendo el 20% de las emisiones de CO2 previstas para entonces. Pero, ¿serán reales estas cifras?, ¿dependerá del país del que hablemos?, ¿qué es lo que hace que fabricantes como los citados produzcan vehículos de hidrógeno?
Los mercados, en nuestra opinión, difieren mucho unos de otros y la especialización en una única tecnología de propulsión no favorecería a muchos países. De hecho, se necesitarán distintos vehículos para distintos mercados. Las tecnologías no tienen por qué ser excluyentes.
Los vehículos de hidrógeno tienen a su favor, de cara a un futuro cercano, que la densidad energética de sus baterías, en relación al peso, es superior a la que se consigue en las de los VE, por lo que los vehículos más pesados tienen un mejor rendimiento con el hidrógeno.
¿Se enfocará también la producción hacia vehículos más grandes?
Son muchas las incógnitas del hidrógeno, pero es indudable que el precio de un FCEV, así como el de las infraestructuras, irán reduciéndose a medida que aumente la producción. Y que los vehículos de hidrógeno tienen un sitio asegurado es evidente, sólo hay que ver que en Davos 2017 se formó el Consejo del Hidrógeno, en el que están fabricantes como Audi, BMW, Daimler, Honda, Toyota o Hyundai, además de proveedores y distribuidores de energía.
¿Será el hidrógeno un pilar más de la descarbonización? Todo un reto para el futuro de la movilidad, eso sí un apasionante reto para nosotros, usuarios y espectadores.