El transporte es responsable de alrededor de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE. Por lo tanto, todos los modos de transporte deben contribuir a la descarbonización del sistema de movilidad, hacia el transporte sostenible. Así lo refleja la Unión Europea en su informe “A clean planet for all”.
Los vehículos de baja y nula emisión con propulsores alternativos altamente eficientes en todos los modos son la primera pieza de este engranaje. Así como para las energías renovables en la década anterior, la industria automotriz ya invierte en la aparición de tecnologías de vehículos de baja emisión y cero, como los vehículos eléctricos.
Una combinación de energía descarbonizada, descentralizada y digital; baterías más eficientes y más sostenibles; propulsores eléctricos altamente eficientes, conectividad y conducción autónoma ofrecerían grandes perspectivas de descarbonización hacia el transporte sostenible por carretera. Estas acciones conllevarían grandes beneficios como aire más limpio, reducción del ruido, tráfico sin accidentes, generando en conjunto importantes beneficios para la salud de los ciudadanos y la economía europea. La electrificación del transporte marítimo y de las vías navegables interiores es también una opción, donde la relación potencia-peso lo hace factible.
Las soluciones para la transición hacia el transporte sostenible
Basándose en el conocimiento y las tecnologías actuales, la electrificación derivada de las renovables no será la única solución para todos los modos de transporte. Las baterías tienen hasta ahora una densidad de energía baja, y por ahora, su alto peso complica su adaptación para la aviación y envíos a larga distancia. También para los camiones de gran tonelaje y los vehículos de largo recorrido, no está claro actualmente si las baterías alcanzarán el coste requerido y el nivel de funcionamiento. El ferrocarril sigue siendo la solución más eficiente de energía para transportar la carga a distancias medias y largas. Por lo tanto, la carga ferroviaria debería ser más competitiva en comparación con el transporte por carretera, eliminando las barreras operacionales y técnicas entre las redes nacionales y fomentando la innovación y la eficiencia.
Los cambios conductuales por parte de las personas y las empresas deben apuntalar esta transición hacia modos de transporte sostenibles.
Hasta que veamos emerger nuevas tecnologías que permitan electrificar más modos de transporte que hoy, los combustibles alternativos han de ser tenidos en cuenta para el transporte sostenible. Además, las tecnologías basadas en hidrógeno (como los vehículos eléctricos y los recipientes basados en pilas de combustible) pueden llegar a ser competitivas a medio y largo plazo. El gas natural licuado con altas mezclas de biometano también podría ser una alternativa a corto plazo para el transporte de larga distancia. La aviación debe estudiar un cambio a los biocarburantes avanzados y a los e-combustibles libres de carbono, con hibridación y otras mejoras en la tecnología de los aviones. En el transporte de larga distancia y vehículos pesados, no sólo los biocarburantes y el biocombustible, sino también los e-combustibles pueden tener un papel siempre que estén libres de carbono en toda su cadena de producción.
Las zonas urbanas, primeros centros de innovación
Por otra parte, las zonas urbanas y las ciudades inteligentes están llamadas a ser los primeros centros de innovación en movilidad, por lo que predominan los viajes de corta distancia y las consideraciones de calidad del aire. Con el 75% de nuestra población viviendo en áreas urbanas es necesario planificación urbana, ciclismo seguro y senderos para caminar, transporte público local limpio, la introducción de nuevas tecnologías de entrega como drones, y la movilidad como un servicio, incluyendo la llegada de coches y bicicletas de compartir servicios. Combinado con la transición a las tecnologías de transporte sin carbono, reduciendo la contaminación atmosférica, el ruido y los accidentes, esto dará como resultado grandes mejoras en la calidad de la vida urbana.
Los cambios conductuales por parte de las personas y las empresas deben apuntalar esta evolución. Para viajes de larga distancia, la evolución de las tecnologías digitales y la videoconferencia pueden significar que, para ciertos fines como los viajes de negocios, las preferencias cambiarán y la demanda de viajes puede reducirse en comparación con lo que se espera hoy en día. Por otra parte, la internalización los costos externos del transporte es un requisito previo para tomar las decisiones más eficientes en términos de tecnología y modo de transporte.