BloomberNEF (BNEF) ha realizado un análisis de los planes estratégicos de los fabricantes de automóviles europeos. El resultado es que compiten con claridad por ofrecer el futuro eléctrico. En contrapartida, en EEUU la administración Trump ha llevado a un retroceso al eliminar el cambio climático de sus políticas.
Reducir las emisiones contaminantes del transporte por carretera es uno de los principales objetivos de la Unión Europea. Lo hemos comentado muchas veces y nos hemos hecho eco de los análisis de BNEF. A partir de enero, nuevas normas, más estrictas entrarán en vigor y se irán endureciendo con la década. Así, un 15% menos de emisiones para 2025 y un 37,5% menos para 2030 en comparación con los niveles de 2021.
Según el análisis de BloombergNEF (BNEF), entre el 32% y el 47% de las ventas de automóviles nuevos en Europa deberán ser vehículos eléctricos para 2030 para cumplir los objetivos.
El incumplimiento de las reglas significará grandes multas. BNEF estima que las multas podrían ascender a 12 mil millones de euros, pero es probable que esa estimación aumente.
Los fabricantes de automóviles europeos
El análisis de BNEF sobre los fabricantes de automóviles europeos indica cómo se están preparando para el futuro eléctrico. La conclusión inicial destaca el objetivo del Grupo VW de 2,5 millones de ventas de vehículos eléctricos para 2025, con una gama de 80 modelos. Los chinos Chang’an y Geely, y los alemanes Daimler y BMW, indican, también tienen importantes estrategias de vehículos eléctricos.
BNEF también analiza el nivel en el que VE y PHEV aparecen en las operaciones y estrategias futuras de los fabricantes. El examen indica que es BMW el que está a la cabeza entre los fabricantes europeos. Añade que tiene un plan agresivo para aumentar las ventas de vehículos eléctricos e híbridos enchufables en un 30% cada año hasta 2025. Con ello cumpliría con los nuevos estándares de emisiones.
Las cosas no pintan igual en EEUU
La administración Trump niega las advertencias científicas sobre el cambio climático. Su retirada del Acuerdo de París parece sólo una cuestión económica, quizás favorecida por la presión de los productores de combustibles fósiles.
Sin embargo, el país, en conjunto, da señales de no aceptar las medidas de la Casa Blanca. BNEF recuerda que el último síntoma de la impotencia de la política energética/climática de Trump se produjo el pasado 25 de julio.
En esa jornada, cuatro grandes fabricantes de automóviles llegaron a un acuerdo con el estado de California sobre la eficiencia de coches y camionetas.
Ford, BMW, Volkswagen y Honda acordaron reducir sustancialmente las emisiones de CO2 de sus flotas a mediados de la década de 2020. El pacto destacó el intento fallido de la administración Trump de promulgar normas nacionales mucho más débiles a través de su Agencia de Protección Ambiental.
Un resultado inesperado para reducir emisiones
El resultado es que California establecerá efectivamente las reglas, no solo para sí mismo, sino también para todo Estados Unidos y Canadá, según BNEF. Se espera que otros grandes fabricantes de automóviles sigan esa línea y se unan al acuerdo. Ante la perspectiva de cumplir con dos conjuntos de reglas de emisiones en conflicto, en el mercado estadounidense, los fabricantes dejaron que California liderara el camino.
Las normas de la administración de Obama buscaban la descarbonización del transporte. Ahora abolidas por la administración Trump, el acuerdo de California otorga un poco de esperanza. Y, según BNEF, “el acuerdo marca el último y mayor revés a los esfuerzos de Trump para defender a los titulares de los sectores de energía y transporte contra lo que él considera regulaciones dañinas, aunque en realidad son solo fuerzas del mercado acompañadas por empresas ambiciosas y advenedizas que las explotan”.