Acaban de cumplirse 75 años desde que el primer Porsche 356 Roadster obtuviese el permiso para circular, lo que el fabricante ha considerado como nacimiento de la marca. Con motivo de una ocasión tan especial, han presentado el Porsche Mission X. De momento es una declaración de intenciones, y muy ambiciosas.
No sabemos muchos detalles técnicos sobre el Porsche Mission X, más allá de su tamaño. Mide 4,5 m de largo, 2 m de ancho, 1,2 m de alto y sus ejes quedan a una distancia de 2,73 metros. Son proporciones propias del Carrera GT o el 918 Spyder. El Porsche Mission X homenajea a varios coches de altas prestaciones de Porsche, muy minoritarios, pero muy especiales.
Presentado en el Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen, este prototipo, de llevarse a producción en serie, tendría el siguiente objetivo: ser el coche homologado para carretera más rápido en Nürburgring Nordschleife, el mítico circuito alemán de más de 20 km por vuelta. Para lograrlo, tendría una relación peso/potencia de apenas 1 kg/CV, por lo que probablemente superará la cifra de 1.000 CV.
Aunque pueda no parecerlo, su apoyo aerodinámico sería superior al Porsche 911 GT3 RS, y podría recargar electricidad en la mitad de tiempo que el Taycan Turbo S. Esto se debe a que Porsche trabaja en un sistema eléctrico a 900 voltios, por lo que a igualdad de intensidad, puede mover más corriente tanto al cargar como al descargar -potencia a los motores, en definitiva-.
Una de sus peculiaridades es el uso de diferentes tamaños de llantas, 20 pulgadas en el eje delantero y 21 pulgadas en el trasero. Estas se han diseñado para optimizar la refrigeración de los frenos, algo importante cuando se rueda en circuito. Su carrocería está bañada en color Rocket Metallic, que no está disponible para modelos de producción en serie.
Por encima de los pasajeros del Porsche Mission X hay una cúpula de cristal con un exoesqueleto de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP). Las puertas se abren hacia delante y hacia arriba a la vez, como en el Porsche 917. Su firma lumínica se inspira en los históricos Porsche 906 y 908, que participaron en carreras de resistencia. En la parte trasera, sus luces parecen flotar.
En su habitáculo hay otro detalle curioso. El asiento del conductor es de color gris Kalahari, a juego con la consola central y el salpicadero, mientras que el asiento del acompañante es de color marrón Andalucía. Los cinturones de seguridad son de seis puntos, otro detalle del mundo de la competición, así como el volante abierto por la parte superior, dotado de interruptores y levas de cambio. Hasta viene con cámaras integradas para grabar sus incursiones a circuito.
Por último, las baterías del Porsche Mission X se han instalado en el centro del bastidor monocasco, detrás de los asientos del vehículo. Esta “disposición e-core”, tal y como la califica Porsche, permite centrar las masas. Al igual que en un coche con motor central convencional, este detalle proporciona la base para una excelente agilidad.
Ahora toca esperar a que Porsche le dé la luz verde a este interesante prototipo.