Algunos inventos que han cambiado el curso de la historia fueron realizados por accidente. Hoy hablamos de una batería de nanocables de oro que puede recargarse cientos de miles de veces sin perder sus prestaciones y que fue descubierta por casualidad.
Nanocables de oro en las baterías
Los científicos han buscado durante mucho tiempo utilizar nanocables en las baterías. Miles de veces más delgados que un cabello humano, son altamente conductores y cuentan con una gran área de superficie para el almacenamiento y transferencia de electrones. Sin embargo, estos filamentos son extremadamente frágiles y no resisten bien las descargas y recargas repetidas o los ciclos. En una batería típica de iones de litio, se expanden y se vuelven quebradizos, lo que provoca grietas.
Los investigadores de la Universidad de California en Irvine (UCI) resolvieron este problema en 2016 encerrando un nanocable de oro en una capa de dióxido de manganeso y cubriendo el ensamblaje con un electrolito hecho de un gel similar al plexiglás. La combinación resultó ser segura y resistente a fallas.
La descubridora de la batería “eterna” fue Mya Le Thai, investigadora de la UCI, y lo hizo por accidente. Durante tres meses, la investigadora realizó hasta 200.000 ciclos de carga sin observar ninguna pérdida de potencia y sin fracturar ningún nanocable. Según apuntaban desde la universidad, este tipo de pruebas puede llegar, como máximo, hasta los 7.000 ciclos.
Reginald Penner, presidente del departamento de química de la universidad, explicaba:
“Si pudieras obtener 100.000 ciclos de una batería de iones de litio, podría significar que nunca necesitarás comprar dos. Estamos hablando de una vida de 20 años, tal vez incluso más”.
La repercusión que tendría sobre la movilidad eléctrica
Los vehículos eléctricos son uno de los grandes demandantes de baterías, junto a otros dispositivos electrónicos como los ordenadores y los smartphones. Esta demanda de la movilidad eléctrica seguirá creciendo exponencialmente, más aún a medida que se definen las normativas que eliminarán de las carreteras a los coches de combustión.
Sin embargo, el problema de las baterías, lógicamente, es que no duran para siempre. Una vez finalizada su vida útil, son difíciles de reciclar y altamente contaminantes. Por ello, el descubrimiento de Mya Le Thai podría cambiar por completo el paradigma de las baterías.
El futuro de la batería eterna
El equipo de Mya Le Thai continúa experimentando con baterías de nanocables envueltas en gel. Y los inversores están atentos: el mercado de baterías de nanocables crecerá de 53 millones de dólares en 2021 a 243 millones para 2026, motivado mayoritariamente por la adopción de la movilidad eléctrica.
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