Mercedes-Benz es el primer fabricante de automóviles que cuenta con una certificación internacional válida para la conducción autónoma condicional incorporada a vehículos de serie. DRIVE PILOT ofrece dicho sistema como opción de fábrica y permite a los usuarios delegar la conducción al sistema en determinadas condiciones.
Como equipamiento opcional, su precio es: para la Clase S, 5.000 euros, para el EQS, 7.430 euros (paquete de asistencia al conductor Plus: 2.430 euros y DRIVE PILOT: 5.000 euros) sin impuestos.
Entre las condiciones que permiten el uso del sistema: el tráfico denso o en congestión, en los tramos adecuados de autopista en Alemania, a velocidades de hasta 60 km/h.
Cuando se activa DRIVE PILOT, el sistema controla la velocidad y la distancia, y guía al vehículo dentro de su carril. El sistema analiza y tiene en cuenta el perfil de la ruta, los acontecimientos que se producen en ella y las señales de tráfico.
Además, DRIVE PILOT también reacciona ante situaciones de tráfico inesperadas y las gestiona de forma autónoma. Por ejemplo, mediante maniobras evasivas dentro del carril o aplicando maniobras de frenado.
El sistema cuenta con un paquete de asistencia a la conducción autónoma condicionada (SAE-Level 3), que añade sensores adicionales para que el funcionamiento sea seguro. Entre ellos: el radar, el LiDAR y las cámaras, así como los sensores de ultrasonidos y de humedad que también aportan valiosos datos.
Ya certificado en Alemania, Mercedes estera tener la homologación reglamentaria para los dos estados norteamericanos de California y Nevada a finales de año.
Arquitectura redundante del DRIVE PILOT
El diseño del sistema requiere una respuesta para gestionar cualquier avería, del tipo que sea. Gracias a su diseño redundante, DRIVE PILOT permite transferir el control del vehículo al conductor de forma segura. Si el conductor no responde en un máximo de 10 segundos, DRIVE PILOT realiza una parada de emergencia segura, tanto para el vehículo como para el tráfico. Para ello, el controlador de conducción inteligente calcula continuamente la trayectoria óptima para realizar a una parada segura. Mientras, el sistema mantiene al vehículo dentro del carril, evitando colisiones con otros usuarios y objetos en la carretera.
La arquitectura redundante incluye:
- El sistema de frenos; la dirección; la fuente de alimentación; y parte de la tecnología de sensores, como los de conocimiento del entorno y cálculo de la dinámica de conducción.
- Asimismo, cuentan con diseño redundante: la batería, el motor de la dirección, los sensores de velocidad de las ruedas y los distintos algoritmos utilizados por el sistema para cálculo de datos.
- Además, algunas partes de la tecnología de sensores también son redundantes, ya que se complementan entre sí con sus diferentes conceptos físicos. Como ejemplos: ondas ópticas, ultrasónicas, de radio.
Un posicionamiento preciso
Para que todo el sistema funcione correctamente, se necesita garantizar el posicionamiento preciso del coche. Por eso, precisamente, el sistema de posicionamiento es altamente preciso. Además de los datos anónimos recogidos por los sensores LiDAR, de cámara, de radar y de ultrasonido, un mapa digital HD proporciona una imagen tridimensional de la carretera y del entorno con información sobre: la geometría de la carretera, las características de la ruta, las señales de tráfico y las incidencias en el tráfico (como incidentes u obras).
Este mapa de alta precisión se diferencia de los mapas utilizados en dispositivos de navegación, entre otras cosas, por su mayor precisión, gracias a: un baremo en centímetros, en lugar de metros, y un modelo detallado de cruces y rutas.
Los datos cartográficos se almacenan en centros de datos backend y se actualizan constantemente. Además, cada vehículo almacena una imagen de esta información cartográfica a bordo; la compara constantemente con los datos del backend; y la actualiza el conjunto de datos locales cuando sea necesario.
Todo ello permite un posicionamiento estable y preciso gracias a una representación del entorno a la que no le afectan factores externos. Entre ellos, las sombras o la suciedad de los sensores.
DRIVE PILOT y la IA
Mercedes ha contado para el desarrollo del sistema con ingenieros, abogados, responsables de cumplimiento, responsables de protección de datos y expertos en ética. Los mecanismos de control adicionales son parte de las bases de la conducción automatizada, entre ellos, la detección de peatones.
El equipo técnico del desarrollo ha utilizado lo que se conoce como “aprendizaje supervisado”. Es decir, Mercedes controla lo que la inteligencia artificial puede aprender. Para ello, realiza múltiples pruebas de validación.
Además, para el caso de la detección de peatones, como ejemplo, el proceso no debe ser discriminatorio. Es decir, que los distintos sensores del vehículo están constantemente vigilando la carretera y el arcén para detectar siempre a los peatones. Eso, independientemente de su ropa, tamaño corporal, postura u otras características.
Primero en Alemania
Alemania aprobó en 2017 los sistemas de conducción autónoma de nivel 3 con la creación de una Ley de Tráfico específica. En 2021, entró en vigor la homologación técnica. Desde entonces, se puede implantar en Europa. Mercedes es el primer fabricante que cumple los requisitos legales del Reglamento nº 157 de la ONU para un sistema de conducción autónoma de nivel 3.
En concreto, esto se traduce en unas exigencias para el vehículo y unas obligaciones para el conductor: en el modo de conducción autónoma condicional, el vehículo debe hacerse cargo de la conducción garantizando la seguridad y el cumplimiento de las normas de tráfico. El conductor sigue teniendo obligaciones, por lo que debe cumplir con las leyes de tráfico. Por tanto, debe estar preparado para tomar el relevo y retomar el control cuando se lo pida el DRIVE PILOT o cuando haya unas circunstancias que lo exijan.