Según la última encuesta realizada por nuestro diario, el 84,8% de los encuestados percibe que la conducción de un coche eléctrico es más relajada que la de un coche de combustión. El 7,6% cree que es más estresante y el 7,6% restante la percibe igual.
Hace ya unos cuantos años, cuando la movilidad eléctrica era aún un gran reto en España, tuvimos la ocasión de entrevistar a uno de los pioneros. Luis Valerio, exdirector del programa ZE para España y Portugal de Renault, nos confesaba su felicidad por estar al frente de un proyecto tan ilusionante. Ya entonces Valerio nos destacaba los valores del vehículo eléctrico frente al estrés:
“El vehículo eléctrico (VE) es otro concepto de conducción, es otra manera de ver la vida. Cuando uno conduce un vehículo eléctrico deja a un lado el estrés y la agresividad. Estoy convencido de que el que utilice un eléctrico no volverá a tener un vehículo convencional, porque una vez que lo prueba ….ya está contaminado con el virus del eléctrico.”
Y no le faltaba razón al bueno de Valerio, un apasionado del rugido de los buenos motores de combustión que cambió sus preferencias por el nuevo feeling eléctrico. Un feeling que parece que nuestros lectores asumen como propio a tenor de los resultados de la última encuesta realizada por este medio.
Casi el 85% de los encuestados declaran sentir una conducción más relajada en un coche eléctrico que en uno de combustión.
Así, casi el 85% de los encuestados declaran sentir una conducción más relajada en un coche eléctrico que en uno de combustión. Sin duda el cambio de marchas automático es uno de los elementos que favorecen esta sensación, ya que se evita un gran número de movimientos de nuestro pie izquierdo y de nuestra mano derecha, que no ha de soltar el volante en ningún momento.
Pero sin duda el sonido del motor de combustión, aunque la insonorización del habitáculo sea cada vez más eficiente, tiene mucho que ver con la sensación de estrés a bordo. El aumento de la vibración y de la rumorosidad del motor cada vez que alcanzamos el par máximo en cada marcha, es para muchos una sensación única en la conducción que favorece la subida de la adrenalina.
Pues efectivamente es así, porque el aumento de la adrenalina incrementa el ritmo cardiaco, la tensión arterial, el tono muscular y la respiración. Sin embargo, esto provoca reacciones como el aumento de velocidad, o la disminución de la capacidad de anticipación y hace que nos volvamos más imprudentes y temerarios.
Por el contrario, una conducción más silenciosa, favorece la concentración en carretera. Pero sobre todo nos mantiene alerta ante situaciones imprevistas en nuestro entorno. Hay que tener en cuenta que somos presa del ritmo frenético de las grandes ciudades, la alta densidad del tráfico, las incorporaciones y rotondas, …
Si todavía no has probado un coche eléctrico, no sabes lo que te pierdes
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Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.