Aunque diversas marcas aconsejan la carga completa de las baterías LFP, un estudio reciente sugiere lo contrario, al afirmar que este proceso provoca daños en las celdas. Según este análisis, incluso la carga del 75% al 100% podría ser perjudicial para la durabilidad y rendimiento de las baterías. La discrepancia entre las recomendaciones de los fabricantes y los hallazgos del estudio plantea interrogantes sobre cuál enfoque es más beneficioso a largo plazo.
Numerosos fabricantes de automóviles sugieren cargar las baterías LFP al 100% en intervalos regulares, como una vez por semana para Tesla y una vez al mes para Ford. Ambas marcas argumentan beneficios como una mejor precisión en la medición de la autonomía, preservación de la salud de la batería y prevención de la disminución del rendimiento.
No obstante, el reciente estudio publicado en el Journal Of Electrochemical Society contradice esta práctica. Este estudio indica que los ciclos de carga completos y repetidos eventualmente deterioran las celdas LFP, reduciendo tanto su vida útil como su eficiencia con el paso del tiempo.
Cargar del 0 al 25% puede alargar la vida de las baterías
De acuerdo con el estudio publicado en el Journal Of Electrochemical Society, tanto el calor como el alto voltaje son responsables de la disminución en la salud de las baterías LFP. “La descarga y recarga completas favorecen la acumulación de compuestos dañinos en el electrodo negativo, lo que consume litio y acelera la degradación. Operar en el rango cercano al máximo de carga (75-100%) resulta especialmente perjudicial para las celdas LFP”, revela el estudio.
Los expertos sugieren que, si un vehículo eléctrico no se utilizará durante un tiempo prolongado, mantener la batería en un nivel de carga bajo puede extender su vida útil, ya que un voltaje menor no es dañino a largo plazo.
El estudio también destaca que los ciclos de carga entre el 0% y el 25% contribuyen a prolongar la durabilidad de las baterías, lo que podría ser un desafío si el conductor no cuenta con un punto de carga en casa o en su lugar de trabajo. Sin embargo, este análisis se enfoca exclusivamente en la longevidad de la batería, sin abarcar las prácticas de carga más adecuadas en general.
Son muchos los coches eléctricos con baterías LFP
El mercado actual cuenta con una amplia variedad de coches eléctricos que utilizan baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), como el BYD Atto 3, el Citroën ë-C3, el Ford Explorer o el Volvo EX30. Además, algunos modelos híbridos enchufables, como el BYD Seal U DM-I, también están equipados con este tipo de tecnología.
Ya hay dos marcas chinas de coches eléctricos cuyas baterías se recargan en sólo 10 minutos
Por otro lado, los vehículos que emplean baterías de níquel-manganeso-cobalto (NMC), como los Tesla de largo alcance (Long Range), vienen con recomendaciones específicas de los fabricantes: limitar la carga diaria entre el 80% y el 90%. Alcanzar el 100% de carga en estos casos puede disminuir la capacidad para retener energía con el tiempo. La razón principal es que factores como el calor y el voltaje elevado contribuyen significativamente a la degradación de estas baterías.
Para gestionar la carga de un coche eléctrico y establecerla en un 40%, 60% o 80% de capacidad, los vehículos ofrecen configuraciones que permiten al usuario seleccionar el porcentaje deseado de recarga. Así mismo, si se utiliza un punto de carga en casa o en el trabajo, es posible programar el horario exacto para que la carga se realice dentro de un período específico.
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Belén Valdehita es una periodista madrileña con más de 25 años de experiencia. Cursó los estudios de periodismo en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU. Actualmente colabora como redactora de contenidos freelance para webs como Hoteles.net, Tiempo.com o movilidadelectrica.com
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