Aunque la conducción totalmente autónoma sigue sin ser una realidad hoy día, los asistentes avanzados a la conducción (ADAS) llevan tiempo entre nosotros, y cada vez tienen más funciones. Es el caso de Ford BlueCruise, el asistente de conducción en autopistas y autovías, que permite que el coche conduzca solo, a condición de que vayamos mirando a la carretera.
Después de haberse utilizado extensivamente en Estados Unidos y Canadá, con más de 100 millones de kilómetros acumulados, BlueCruise ya se puede utilizar en las vías rápidas que han sido previamente cartografiadas en alta resolución en la isla de Gran Bretaña. No se incluye Irlanda del Norte, así que se podrá usar en Inglaterra, Escocia y Gales, territorios fuera de la Unión Europea.
BlueCruise se puede activar de forma voluntaria en ciertas vías rápidas. Si se dan las condiciones de uso del sistema, el coche toma el control de la dirección, acelerador, frenos e intermitentes. Eso sí, el conductor humano debe estar mirando a la carretera, o el sistema se desactiva, por lo que no puede hacer ninguna otra cosa, como sí puede hacerlo el acompañante, ya que es un sistema autónomo de Nivel 2, como Tesla Autopilot o FSD.
Sin manos en el volante, pero con los ojos en la carretera
La Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE) de Estados Unidos definió varios niveles de intervención de máquinas en la conducción. Nivel 2 significa, en un lenguaje sencillo, que se producen ciertas intervenciones en dirección o velocidad sin que lo demande el conductor humano, pero este debe supervisar el proceso en todo momento. Puede retirar las manos del volante, pero no la vista de la carretera.
Una cámara de infrarrojos está pendiente de la mirada del conductor. Si detecta distracciones, primero avisa. Si se hace caso omiso, el sistema va aumentando las advertencias hasta dar una sacudida a los frenos, pero manteniendo el control de la dirección. En teoría, el sistema puede conducir incluso hasta toparse con un atasco, deteniendo la marcha de forma segura. Funciona a un máximo de 130 km/h, ya que cumple siempre con los límites legales de velocidad.
De momento, Ford BlueCruise es una característica exclusiva de los Ford Mustang Mach-e con cierto nivel de equipamiento. Tampoco es una característica gratuita, hay que pagar 17,99 libras al mes por utilizarla. Al cambio hablamos de 20,4 euros, o 240-250 euros al año. Se puede desactivar la suscripción cuando no haya intención de utilizarla.
¿Cuál es la gracia de usar Ford BlueCruise?
En teoría, es más seguro, ya que el vehículo siempre mantiene la distancia de seguridad, obedece a las señales de tráfico y evita todos los males asociados a la conducción humana (irascibilidad, falta de reflejos, acumulación de faena, etc. Sin embargo, hace la conducción bastante más aburrida, algo que puede ser indeseable para muchos propietarios. No sirve para distraerse con nada, ni para salir del apuro cuando uno está indispuesto, somnoliento o ha bebido de más.
Para poder “desconectar” tenemos que hablar de Nivel 3 SAE, algo que solo han conseguido Mercedes-Benz y Honda, y en condiciones muy restrictivas. Básicamente sirve para poder estar distraido en atascos o circulación muy densa, pero algo es algo.